jueves, 31 de octubre de 2013

Halloween más allá del sótano

Se da la casualidad de que la víspera de Todos los Santos de este año coincide con la emisión de El Sotano, así que aquí va este post sobre la forma en que Halloween se nos ha colado por la ventana.


Algo nos pasa con lo macabro y la víscera que nos pone. Si no, ¿cómo es que una festividad hecha para honrar y recordar a nuestros difuntos se convirtiera en una exaltación del horro y del miedo?

Porque realmente, los orígenes de la fiesta anglosajona de Halloween no se distancia mucho de nuestra festividad de Todos los Santos. Al fin y al cabo Halloween proviene de una variación escocesa de la expresión inglesa "All Hallows' Even" que significa «víspera de todos los Santos», es decir «Noche de difuntos».

Hay mucha crítica hacia la importación de costumbres anglosajonas que desbancan «nuestras» celebraciones católicas, pero es que la festividad de Todos los Santos desde su inicio fue un intento de la Cristiandad de suplantar celebraciones paganas previas, algunas relacionadas y otras no con el tema del recuerdo de los difuntos.

El verdadero origen de toda esta historia está en la festividad celta del Sanhaim, cuyo motivo era el mismo de la fiesta de la cosecha de los romanos, en honor a la diosa Pomona. Sanhaim era la fiesta del fin del verano, cuando se conmemoraba la finalización de la temporada de cosechas y empezaba la estación oscura (que curiosamente en la actualidad coincide con la época del cambio de horario y la noche nos pilla aún en el trabajo a los que tenemos suerte de seguir trabajando ).

Así, durante estas fiestas de la cosecha, como si se tratara de las hormigas del cuento de La cigarra y la hormiga, se hacía recuento de las provisiones para pasar el invierno, preparándose para los momentos de menor producción agrícola, en los que las horas de oscuridad y el frío camparían por sus fueros.

Además, y relacionado con esta cuestión de la luz natural disponible, que es lo que ayuda a que la imaginación y el mito dé el punto sobrenatural a la celebración es que los celtas pensaban que la línea que separa este mundo de el de los muertos se estrechaba en esta fecha, en la que las horas de oscuridad empiezan a alargarse ostensiblemente. Por tanto, la comunicación entre ambos lados se había más sencilla y los espíritus, tanto buenos como malos pueden cruzar de aquí para allá más fácilmente.

Se trataba de una fecha propicia para invitar a los ancestros y homenajearlos, pero claro, al abrir la puerta de casa, todo el vecindario aprovechaba para entrar a cotillear, incluyendo a los espíritus malvados.
 
Precisamente cuando esto ocurre, que el mundo del otro lado queda más cerca del nuestro y empiezan a aparecer los fantasmas, nacen argumentos como el del Cazafantasmas o Buffy Cazavampiros, cuyas tramas giran en torno a puertas que se abren y por las que empieza a entrar toda la basura del más allá.
 
 

Pero claro, estos celtas no tenían esta tecnología pero tampoco eran tontos, así que pensaron que si ellos también se disfrazaban de espíritus malignos, éstos no les molestarían porque les confundirían que serían de los suyos. Esto de disfrazarse de algo chungo para que te dejen en paz es una estrategia que tanto en la Naturaleza como en la historia de la humanidad se ha hecho siempre, incluyendo el tema sobrenatural.

¿Y qué ocurrió con la llegada del Cristianismo? Pues que tarde o temprano los Papas tenían que mosquearse con tanta fiesta pagana y decidieron, en los ss. VIII y IX sustituirla por una fiesta cristiana, una fiesta como Dios manda, moviendo la celebración de Todos los Santos desde el 13 de mayo al 1 de noviembre. De esta forma, se encontró una celebración cristiana que en su fondo, el del recuerdo de los seres queridos desaparecidos, encajaba muy bien con las celebraciones paganas.

Siglos más tarde (en el XIX) serían los irlandeses quienes llevarían su forma de celebrar esta noche al otro lado del Atlántico, donde poco a poco fue tomando fuerza a falta de fiestas propias. Tampoco se puede pedir más en un país de inmigrantes como EEUU, donde lo más antiguo que tienen es el Día de Acción de Gracias, de la que por cierto, muchos historiadores defienden que los que primero la celebraron fueron españoles en Florida (el único puente que tienen, porque siempre se celebra en jueves, y resulta que es una fiesta española, no podía ser de otra forma).

El caso es que la celebración se fue popularizando en EEUU durante el s. XX y finalmente esta tradición milenaria realizó el viaje de vuelta a casa gracias a la supremacía audiovisual de la cultura norteamericana.

Fue la película La noche de Halloween de John Carpenter la que en 1978, junto con todo lo que vino después, la que comenzara a impregnar el imaginario colectivo de toda una generación de medio planeta con las imágenes de Halloween. Sólo la saga Halloween consta de 10 películas.

Pero además de estas películas, tenemos escenas de Halloween en multitud de otras cintas, como por ejemplo E.T.

No recordaba el homenaje que se hace aquí Spielberg a su amigo Lucas con Yoda
 
Incluso en Batman forever con Tommy Lee Jones y Jim Carrey deseando un feliz Halloween
 
 
 
O el maestro en crear ambientes propios de esta celebración Tim Burton. Un ejemplo lo tenemos en el lugar donde transcurre Pesadilla antes de Navidad, que se llama Halloween.
 
Éste es uno de los mundos donde Burton se mueve como pez en el agua.
Y el mítico vídeo de Thriller de Michael Jackson, uno de los primeros videoclips musicales que dieron la vuelta al globo, y que aunque va más de zombies, nunca está mal para las noches de terror.

The walking dead con un poco más de funky

Otro clásico de estas fechas es El cuervo, que es un cómic del que salió la mítica película de 1994 (con actor muerto durante el rodaje para darle más morbo a la historia), y que transcurre en una noche de Halloween. Pero El cuervo es principalmente un relato de Edgar Allan Poe, otro maestro del terror del movimiento neogótico del romanticismo.

Y dijo el cuervo "¡Nunca más!"

Los especiales de Halloween de Los Simpsons suelen ser las ocasiones en las que escuchamos a Maggie hablar.



Sea lo que fuere, espero que si esta noche os tenéis que encontrar con los espíritus que vienen a darse una vuelta a este barrio, la posesión no pase de un bailecito como éste

Me gustaría poder hacer un día esto en casa

viernes, 25 de octubre de 2013

Guerra de sexos y comedias románticas


No falla, cada vez que mi señora quiere o necesita echar una bronca a alguien, soy carne de cañón. Siempre tiene alguna “pregunta trampa” (yo la llamaría pregunta cabrona) con la que no tengo ruta de escapatoria posible. Tanto el silencio como cualquier respuesta que dé serán motivo de reproche y chorreo de forma automática. Es una de las armas más poderosas de las que disponen las mujeres en la eterna “guerra de sexos”.

Y de eso va a ir este post, aprovechando que en El Sótano de Radio Jove Elx del jueves 24 de octubre de 2013 hablamos del tema (sólo por hacer chanza las unas con los otros), he rastreado el tema en mis recuerdos audiovisuales para dar algo de luz al tema.

Habría que escarbar mucho para encontrar los orígenes de la “guerra de sexos”, pero no es la función de este blog hacer profundos análisis históricos y sociológicos. De todas formas quien quiera encontrar el origen de nuestras diferencias pero sin necesidad de tesis sesudas y aburridas, no ha de perderse la obra de teatro El cavernícola.

 
Nacida en San Francisco, lleva representándose desde 1991 (¡22 años!), y aquí en España suma ya cinco temporadas de mano de Nancho Novo. Esta obra bucea en lo más profundo de la caverna humana para explicar, con humor, el porqué de las diferencias entre hombres y mujeres: nosotros cazadores en un entorno hostil de bichos grandes y peligrosos que podían matarte fácilmente, con la atención centrada en un único objetivo; vosotras recolectoras y criadoras, pendientes de mil cosas, recordando lugares, sabores y colores para recoger las bayas y las hierbas apropiadas donde estaban la última vez. Viendo este monólogo no dejaréis de reíros y reconocer muchas cosas.

Una de las mejores representaciones de la guerra de sexos corresponde a uno de los mejores autores teatrales, hablo de Mucho ruido y pocas nueces de William Shakespeare. Una comedia romántica donde dos parejas de lo más distinto: una joven de enamorados chorreosos y otra más madura de desencantados recalcitrantes. Los duelos dialécticos entre los dos últimos, Benedict y Beatrice, son de lo mejorcito que se puede leer en comedias románticas.

La versión cinematográfica de Kenneth Branagh es una maravilla, una de mis primeras películas favoritas

Y hablando de comedias románticas, ésta es una de las cosas que atestigua la diferencia entre hombres y mujeres. Es curioso que gusten tanto a las mujeres y menos a los hombres, porque si os fijáis, el patrón típico de todas estas comedias es el de la chica lista, trabajadora, inteligente, capaz y objetivamente autosuficiente pero que no puede vivir sin un hombre o que, si vive feliz en su soltería es porque aún no sabe que lo que ella necesita es un hombre. A ser posible este hombre ha de ser un tanto canalla, malote. Porque ésos son los hombres que según las comedias románticas típicas gustan a las mujeres: los malotes que les hacen sufrir, los que las mantienen en vilo. Cualquiera diría que el instinto maternal les obliga a buscar al niño malo al que educar y meter en cintura.

Como gran exponente de esa filosofía: Chica que redime al malo malísimo y hace que el amor cure la zombificación sentimental que sufrimos los hombres, tenemos esta rareza que fusiona el género de la comedia romántica y el triunfante género de los zombies:

Impagable. Citando a un crítico de cine: "Romeo se encuentra con Romero"

Aparte de esta excentricidad, podríamos encasillar las comedias románticas en estos grupos:

·         La pobrecita indefensa que necesita a un hombre que la cuide

Hola, soy una chica de la calle, soy una perdida que necesita un príncipe azul que la lleve por el buen camino (el de la Visa, of course)

·         La independiente que se muere por encontrar pareja que, quién me lo iba a decir, acaba por ser el truhán que nadie esperaba
¿Quién no resistirse a Hugh Jackman? Ese lobezno al que domesticar, ni la cotizada Ashley Judd podría

·         La solterona convencida que ve a lo largo de la película que no puede vivir sin ese capullo presuntuoso al que redime.
Sobre todo si hay bebé incluido

Porque ésta es otra: los malotes siempre se redimen. Cometen infidelidades, hacen auténticas barrabasadas, pero al final el amor triunfa y ella traga con las ruedas de molino que haya que tragar para tener a su vera a su macho reproductor.

Y es así en casi todas las comedias románticas, empezando por ejemplo con las de Rock Hudson (Confidencias a medianoche, 1959; Pijama para dos, 1961 y Su juego favorito, 1964) y llegando a uno de los grandes éxitos del cine de finales del s. XX: la cenicienta de Pretty Woman (1990).

Las primeras crearon tal escuela hablando del mundo de la publicidad en la avenida Madison del Nueva York de los años 60, que hoy en día tenemos la genial serie Mad Men retratando fenomenalmente aquella época, incluyendo el papel que hombres y mujeres tenían en esa sociedad, donde la liberación de las segundas apenas estaba empezando. Incluso en 2003 se rodó la película Abajo el amor con Renée Zellweger y Ewan McGregor, haciendo mofa-homenaje de estas películas de los años 60.

 
 
Más reciente tenemos algunas divertidas escenas de terapia matrimonial en Sr. y Sra. Smith con ellos, las perfectos, divinos, sonrientes, inigualables e irreproducibles Brangelina.

 

Pero, frente a la previsibilidad de estas películas donde siempre triunfa el amor de la forma más convencional, yo prefiero otro tipo de comedias románticas donde no se sigue el típico guion de chica que cae rendida a los pies del canalla adorable de turno. Puedo citar títulos como:

·         Cuatro bodas y un funeral (1994)

Una de las primeras comedias en la que el tema de la soltería, encontrar o no a alguien, quién dice qué y luego hace qué, es la reflexión continua pero sin establecer una posición de poder de un sexo sobre el otro, simplemente habla de lo perdidos que podemos estar a veces. La película en la que conocimos al dubitativo Hugh Grant.

·         Persiguiendo a Amy (1997)

Ahondando en lo anterior, otra de las buenas películas de Kevin Smith (Mallrats, Cleks, Dogma,…) donde esta vez el protagonista, Ben Affleck, es un dibujante de cómics que se enamora de una colega de profesión, a la que mira tú por donde no le van los tíos. Así que la historia de amor no es posible, pero en esta película vemos los caminos por los que pueden desarrollarse las relaciones entre hombres y mujeres.
Creo que nunca olvidaré lo de la mano...

·         100 chicas (2000)

Una comedieta supuestamente menor donde el protagonista conoce al amor de su vida en un ascensor de una residencia femenina (donde viven 100 chicas) durante un apagón. Tienen un tórrido encuentro pero no llegan a verse las caras. Y será él, el chico, quien se tire toda la película buscando a la mujer de su vida entre las 100 chicas de la residencia: cada una de su padre y de su madre, investigando en los diferentes tipos femeninos, buscando a la propietaria de las bragas que le quedaron de aquel encuentro a oscuras en un ascensor. Una comedia divertida donde los tópicos son usados de una forma un tanto más inteligente.

·         Love actually (2003)

Otra clásica comedia romántica inglesa que sin duda bebe de la tradición de Cuatro bodas y un funeral, en la que siguiendo diferentes parejas potenciales y reales, en diferentes estratos sociales y sociológicos, se da un repaso a las cosas, buenas y malas que hacemos por amor.
 Es cierto, tiene demasiado azúcar, pero yo en Navidad siempre uso su villancico canalla para felicitar las fiestas en mi muro de Facebook.

·         (500) Days of Summer (2009)

Una comedia independiente narrada desde el punto de vista masculino, donde es él quien cree en el amor y ella (Summer) quien no quiere saber nada del caso. Un delicioso repaso no lineal a los 500 días que, a pesar de sus diferencias, pasaron juntos.
Boys don't cry... Or maybe they do...
 

 
Y retomando de lo que hablábamos al principio, la guerra de sexos, no puedo dejar de mencionar la gran batalla entre sexos que hubo en los años 80, y que no es otra que la que se dio entre la peligrosa e inteligentemente malvada lagarta de Diana, y el macho alfa dominante y protector que era Mike Donovan en V. Aquello sí que era una guerra de sexos encubierta, en la que se desataba la lucha entre dos poderes de género contrario, cada uno gobernando con mano de hierro su bando.
 
 
 
 
 
Él era Mike Donovan                               
 Qué mala era pero como molaba Diana. Os recomiendo que leáis este artículo de la revista Jot Down Spain en el que se analiza su mito. No tiene desperdicio ninguno.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Una misión


-Sí, papá, pero, ¿y ésa? -preguntó señalando un rastro de sangre que se perdía en la oscuridad.

Allí, al final del pasillo, escuché un jadeo rápido, apenas imperceptible, un murmullo que se iba convirtiendo en gemido largo, en llanto cargado de algo que me pareció muy oscuro, algo que me traía recuerdos que no lograba identificar.
¡Recuerdos…! Repentinamente caí en la cuenta de que no recordaba haber llegado a aquella casa, ni por qué la empuñadura de un cuchillo empapado en rojo caliente me latía en el puño, ni menos aún quién era aquella niña pálida de tirabuzones rubios sentada sobre un cadáver desnudo.

domingo, 20 de octubre de 2013

Sensualidades culinarias

Las manos siempre limpias, eso es esencial: no querrás que otros sabores contaminen el tesoro en el vas a emplear tus dedos, ¿verdad?
 
  Si el fruto es bueno y si su carne voluptuosa y dulce está en su momento, sólo con presionar firme en el punto justo, conseguirás que se te abra generoso. También puedes usar, con suavidad, la uña, raspando delicadamente su piel.
 
  Una vez que se te ha abierto, y con el hueso fuera, has de manipularlo con cuidado y abrirlo todo lo que se deje. Pero sin forzar. No hay prisa.
 
  Tampoco la hay para untar su interior con una aplicación cuidadosa, paciente, con mimo, repartiendo de forma uniforme, llenándolo todo para conseguir el máximo contraste de sabores: la suavidad dulce del dátil contra el carácter fuerte del queso para untar.
 
  Y por último la almendra, plantada y medio hundida en mitad de la suavidad blanca de queso que rebosa dentro del dátil, como un clítoris desvergonzado que asoma entre unos labios abiertos y carnosos.
 
  Degústalo sin prisas.

viernes, 18 de octubre de 2013

PALMERAS EN TIEMPOS REVUELTOS (I) Un sainete de Palmeralandia.

ESCENA 1

PERSONAJES EN ORDEN DE APARICIÓN:

Voz exterior: Quien avisa de los males.
Alcaldesa: La que más manda.
Asistente de la alcaldesa: A la sombra de un político.
Sargento Aguirre: Las abnegadas fuerzas del orden.
Asesor: Nunca para de pensar. Tiene muchos primos.


La alcaldía de una ciudad cualquiera con muchas palmeras cerca de la costa del Mediterráneo. Es el 3 de agosto del año dos mil y pico. En su escritorio, junto a la ventana y bajo el aparato del aire acondicionado, la primera edil, acalorada, lee unos informes.

De repente se escucha mucho ruido en la calle y algunos gritos.

VOZ EXTERIOR: ¡Árbol vaaaaaaaaaaaa!

Se escucha un fuerte estruendo y cristales que se rompen sobre la cabeza de la primera testa municipal. Grita con ímpetu de autorizada autoridad.

ALCALDESA: ¡Ay! ¡Por Dios, qué susto! ¡Socorro! ¡Socorro!

Se abre una puerta

ASISTENTE: ¡Señora Alcaldesa, señora alcaldesa! ¿Está usted bien? ¿Qué ha pasado?

ALCALDESA: ¡Ay Mariano! ¡Qué miedo! ¡Qué vienen a por mí los de la ETA!

ASISTENTE: ¿La ETA Señora Alcaldesa? Ummm… Pero si es sólo una palmera que ha caído sobre su ventana.

ALCALDESA: Sí y habrán sido esos indignados de la plaza, adiestrados por la ETA, ¡seguro Mariano, que no ves lo evidente! Como se nota que has ido a dar con tus huesos donde estás ahora y que sin embargo yo estoy en este despacho. Venga, llama ya a la Policía.

ASISTENTE: ¡Sus órdenes, señora alcaldesa!

Sale cerrando la puerta a su paso.

ALCALDESA: ¡Ay, qué susto! ¡Estoy en peligro! ¡Qué horror dios mío!

Se abre la puerta.

ASISTENTE: ¡Señora Alcaldesa! Ya está aquí la sargento Aguirre. Ella lo ha visto todo.

ALCALDESA: ¡Qué bien que está usted aquí sargento Aguirre!

SARGENTO AGUIRRE: Sus órdenes, señora alcaldesa.

ALCALDESA: ¡Dígame sargento! ¿Los ha visto? ¿Han escapado?

SARGENTO AGUIRRE: ¿Quiénes, señora alcaldesa?

ALCALDESA: Los terroristas, los perroflautas que han atentado contra mi vida…

SARGENTO AGUIRRE: No ha habido tal atentado, señora alcaldesa.

ALCALDESA: ¿Y esto que ha entrado por mi ventana?

SARGENTO AGUIRRE: Una palmera, señora alcaldesa.

ASISTENTE: ¿Lo ve, señora alcaldesa?

ALCALDESA: ¡Tú a callar Mariano! Deja que hable la sargento Aguirre

ASISTENTE: ¡Sus órdenes, señora alcaldesa!

SARGENTO AGUIRRE: Pues eso mismo, señora Alcaldesa: una palmera. Tengo aquí los informes de Parques y Jardines alertando del estado de las palmeras de la plaza, donde la plaga del picudo rojo es más virulenta.

ALCALDESA: ¡Esos rojos! ¡No podían ser otros!

ASISTENTE: Seguro que los han traído los perroflautas, camuflados en sus rastas, señora alcaldesa.

ALCALDESA: ¡Por Dios, qué asco, Mariano!

ASISTENTE: ¡Sus órdenes, señora alcaldesa!

ALCALDESA: ¿Y qué hacemos con esto? Seguro que los medios de comunicación querrán hacer sangre. ¡Malvados!
 
ASISTENTE: ¡Todos rojos señora alcaldesa!

VOZ EXTERIOR: ¡Árbol vaaaaaaaaaaaa!

Se escucha un fuerte estruendo en la calle

SARGENTO AGUIRRE: Otra más.

ASISTENTE: (Gritando por la ventana) ¡Qué no es un árbol atontao, sino una palmera!

ALCALDESA: ¡Por Dios, Mariano! No des voces, que me produces jaqueca.

ASISTENTE: ¡Sus órdenes, señora alcaldesa!

ALCALDESA: ¡Necesito a mis asesores, rápido!

ASISTENTE: ¡Sus órdenes, señora alcaldesa!

Sale raudo.

ALCALDESA: Y usted, sargento Aguirre, ¿se le ocurre algo?

SARGENTO AGUIRRE: Acordonar la zona, señora alcaldesa, detener a todos los picudos, a todos los rojos y a todos los que lleven rastas.

ALCALDESA: Pues proceda, sargento Aguirre, proceda.

SARGENTO AGUIRRE: Sus órdenes, señora alcaldesa.

Sale del despacho al mismo tiempo que entra el asistente acompañado de un asesor.

ASISTENTE: Señora alcaldesa, sólo he encontrado a un asesor, el de guardia

ALCALDESA: ¿El de guardia? ¿Y los demás?

ASESOR: En el golf, señora alcaldesa.

ALCALDESA: ¿El golf? ¿Cómo es posible? ¿Qué hacen allí?

ASESOR: Asesorar a los concejales, señora alcaldesa. Enseñándoles qué palos han de usar…

ASISTENTE: ¡Un palo, un palo, un palo, es un palo!

ALCALDESA: Mariano, ¡haz el favor, por Dios! Vale de tonterías.

ASISTENTE: ¡Sus órdenes, señora alcaldesa!

ALCALDESA: A ver usted, el asesor, ¿entonces mis concejales me han dejado aquí sola en el Ayuntamiento?

ASESOR: Sí, pero se han ido con los de la oposición, está usted segura, señora Alcaldesa.

ALCALDESA: ¡Esos terroristas! Mientras más lejos mejor, aunque sea jugando al golf. Pero a lo que vamos…

VOZ EXTERIOR: ¡Árbol vaaaaaaaaaaaa!

Se escucha de nuevo un fuerte estruendo en la calle.

ASISTENTE: (Gritando por la ventana) ¡Qué no es un árbol atontao, sino una palmera!

ALCALDESA: ¡Por Dios, Mariano! ¡Que te calles!

ASISTENTE: ¡Sus órdenes, señora alcaldesa!

ALCALDESA: ¿Qué hacemos con este desastre?

ASESOR: ¿Desastre? No, señora alcaldesa, veámoslo como una oportunidad. Podremos hacer más campos de golf en el espacio que dejen libres las palmeras. ¡Si tenemos muchas!

ALCALDESA: ¡Qué buena idea! Para que luego critiquen a los asesores…

ASISTENTE: Eso son los de la oposición, señora Alcaldesa.

ASISTENTE: ¡Los rojos, señora alcaldesa!
ASISTENTE: Usted ni caso. Lo que tenemos que hacer es dejar que sigan cayendo.

ALCALDESA: Pero ya he pedido a la sargento Aguirre que detenga a todos los picudos rojos.

ASISTENTE: Tranquila señora alcaldesa, así el pueblo, que tanto la quiere, pensará que usted toma las enérgicas medidas necesarias para acabar con el problema. Pero ojo, que no los detenga a todos.

ALCALDESA: ¿Y si alguna palmera pilla a alguien al caer?

ASISTENTE: Esta todo pensado, señora Alcaldesa, un primo mío tiene una fábrica de cascos para la cabeza y estaría encantado de proteger a todos los vecinos por un precio razonable. Y la correspondiente comisión en el discreto número de cuenta que usted ya sabe... 

ALCALDESA: ¿Y si se siguen quejando?

ASISTENTE: Desviaremos la atención haciendo del problema una atracción: Organizaremos el concurso: ¡La palmera del mes!

ALCALDESA: ¿La palmera del mes?

ASISTENTE: Sí, una porra para que la gente adivine dónde caerá la palmera más alta ese mes.

ALCALDESA: Pero no tenemos un duro para premios de porras.

ASISTENTE: De nuevo, todo pensado, señora alcaldesa. Con el dinero de la porra vamos recaudando algo para los futuros campos de golf. Y como premio, tengo otro primo que construye apartamentos en vigesimoquinta línea de playa en Santa Paula.

ALCALDESA: Pero Santa Paula es otro pueblo.

ASISTENTE: Les declaramos la guerra y los conquistamos, señora alcaldesa. Así uniremos a todos los vecinos contra esos extranjeros terroristas de Santa Paula.

ASISTENTE: ¡A por ellos, ooooeeeee!

ALCALDESA: ¡Por Dios, Mariano! ¡Ya está bien!

ASISTENTE: ¡Sus órdenes, señora alcaldesa!

ASESOR: ¿Ve usted señora alcaldesa? Ahí tiene usted un ejemplo: no se puede frenar el ímpetu de nuestros conciudadanos. ¡Conquistemos Santa Paula! ¡Son ellos quienes han traído el picudo rojo!

ALCALDESA: ¡Sí, hay que vengarse! Les llenaremos el término municipal de campos de golf, ya está bien de tanta salina y tanta charca con mosquitos.

ASISTENTE: ¡A por ellos, ooooeeeee!

ALCALDESA: Excelente.

VOZ EXTERIOR: ¡Árbol vaaaaaaaaaaaa!

De nuevo, un fuerte estruendo en la calle.

ASISTENTE: (Gritando por la ventana) Qué no es un árbol atontao, sino una palmera

ALCALDESA: ¡Por Dios, qué cruz!



Fin de la Escena I

Continúa en la Escena II

jueves, 17 de octubre de 2013

La componente retrotemporal

Yo mismo soy un accidente, bueno, lo fui. Actualmente tengo la constancia de que soy una persona, pero hace unos veinticinco años fui un accidente en el asiento trasero de un Renault 8 en el Camino del Pantano. Ustedes pensarán entonces que mis padres se casaron de penalti, pero yo prefiero decir que fue de falta directa. Les explicaré el motivo: Desde antes de mi nacimiento, mi vida ha estado muy relacionada con los accidentes, que al fin y al cabo no son más que una expresión del equilibrio del Universo conocido, y algunas esquinas del desconocido. Esto me lo explicó mi bisabuela aquella fría tarde de noviembre del 76 en el asiento del Renault 8. Mientras mis padres me engendraban sin saberlo, mi bisabuela me contó como ella, esa mañana había hecho su último viaje, ya muerta, en el asiento trasero de aquel Renault 8 desde Elche hasta su casa en la huerta de Murcia.

Mientras contemplábamos a mis padres ella me explicó aquel viaje y que su muerte, aunque nadie lo supo, fue un accidente. Por tanto, para que existiera equilibrio en el Universo conocido, y parte del otro también, hacía falta un nuevo accidente doméstico para contrarrestar el efecto del primero. Ya sé que un accidente doméstico no tiene nada que ver con un exceso de fogosidad - aquí el lector podrá comprobar que me gustan los eufemismos -, pero la legislación vigente en el 76 en aquella materia era algo ambigua y se prestaba a confusión, ustedes ya me comprenden. Así que la boda consecuente no fue un penalti, me gusta más el concepto de falta directa, y si entra por la escuadra es ya algo sublime.

Desde entonces, es decir, toda mi vida, los accidentes en los que he intervenido han sido consecuencia o causa de algún otro acontecimiento histórico, como por ejemplo un desagradable episodio que tuve con unos cubitos de hielo, un microondas en mal estado y un cura del Opus; que fue la causa del hundimiento del Titanic. Sí, sí, no se extrañen, el pasado puede ser consecuencia de acontecimientos del presente o del futuro, el efecto mariposa tiene también una componente retrotemporal multicapa del tipo efecto lasaña. Claro, ustedes no han tenido una bisabuela que se lo explicara en el momento de ser engendrados en el asiento trasero de un Renault 8, color azul celeste, por cierto. El Universo conocido, y parte del tal y tal, es como un encaje de bolillos muy complicado, pero conociendo unas variables se pueden llegar a saber las relaciones que lo mueven, y si no, lean a Demócrito.

 

Valencia, mayo de 2002

lunes, 14 de octubre de 2013

El dragón seguirá allí


‑Érase una vez un gran dragón, gallardo y aterrador, cuyo aliento de fuego arrasaba cultivos e incendiaba villas desde las torres de los palacios. Un dragón prestigioso que terminaba con los ancianos inservibles para el reino. Un dragón invencible que usaba la lanza de los inoperantes y abrasados caballeros andantes para quitarse de los dientes los harapos de los niños pobres que se merendaba. Un dragón admirado por enlacadas damas y severos escribas de la corte, los que…

‑¡Manolo, para! ¿No ves la cara de horror de los niños?

‑Mujer, sólo les estoy preparando para lo que les espera.