viernes, 14 de diciembre de 2012

MÁS ALLÁ DEL SÓTANO: Lo tuyo es puro teatro




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En la tercera intervención en El Sótano, aprovechando que en el programa tenían como invitados a una compañía teatral para hablar de la función que representan estos días en L'Escorxador de Elche (la obra se llama Mujeres: sobre el amor y otros demonios), quise acordarme de cuando en mis años de instituto estuve en el grupo de teatro del mismo.
 
Siento añoranza por e teatro. Cada vez que voy a ver una obra me dan ganas de lanzarme arriba y, al igual que Ned Alleyn (Ben Affleck) en Shakespeare in love, decir aquello de:
 
“¡Silencio deslenguado! ¡Yo soy Hierónimo! ¡Soy Tamburlaine! ¡Soy Fausto! ¡Soy Barrabás, el judío de Malta! Si señor, y también soy Enrique VI. ¿Qué obra se ensaya y cuál es mi papel?”
 
 



La primera obra que interpretamos, en el curso 93-94, fue Antaviana de DagollDagom (basada en los cuentos de Pere Calders, sus Crónicas de la verdad oculta). Y en mi primera intervención en esa obra fue haciendo de Adán, recién expulsado del Paraíso, con Eva (mi hermana) embarazada y a punto de dar a luz. Allí estaba yo en calzoncillos y con hojas de parra cosidas a los mismos inventando el mambo en mi primera exposición al público.
Fue un estrés de obra porque estaba todo el rato cambiando de papel y de vestuario: ahora casi desnudo, luego con traje y corbata, más tarde en pijama y bata,... Sin tiempo a pensárselo porque salía de escena me cambiaba como alma que llevaba el diablo y volvía a entrar al escenario para el siguiente sketch. A pesar de eso fue muy divertido, quizá eso lo hizo divertido
Algunos de los números de la obra fueron inventados por nosotros, producto de improvisaciones de mi hermana y Cristina Alcázar (Cuentame, Los Quien, Física o Química, El club de los suicidas,...) con unas inolvidables escenas cómicas.
Al año siguiente hicimos Un día en la Gloria de Víctor Ruiz Iriarte, adaptada al reparto que teníamos, casi todo mujeres. Así por ejemplo Napoleón en la obra original fue sustituido por Isabel la Católica, y el nuevo habitante de la Gloria, ya no era un actor sino una actriz, interpretada por Cristina Alcázar, dando de nuevo muestras de su capacidad de liderar la escena.
En aquella obra yo era el chambelán de la Gloria. Un noble ruso que se hizo famoso como domador de leones y que es ahora el encargado de la Gloria, lugar entre el Limbro y el Cielo al que suben aquellos que han conseguido la fama en vida. Sin embargo en los tiempos que corren nadie sueña con alcanzar el éxito, con sobresalir con grandes papeles en la vida, con lo que hace tiempo que no sube nadie a la Gloria, donde sus habitantes están un tanto aburridos hasta que aparece la famosísima actriz Hillary Nelson (Cristina Alcázar).
Representamos aquella obra en el teatro Circo de Orihuela y en el Teatro del Raval de Castellón.
Desde entonces el gusanillo de la interpretación no ha dejado de picarme, porque si la palabra "teatro" viene del griego theatrón, que significa "lugar para contemplar" es por algo, ya que la vida no es más que eso, un lugar en el que contemplamos y en el que somos contemplados…
El teatro es un arte tan antiguo como nuestra existencia como animal social. Y es que ya empezamos a hacer nuestros pinitos en la escena con los rituales mágicos relacionados con la caza o la recolección agrícola que, tras la introducción de la música y la danza, se transformaron en auténticas ceremonias dramáticas donde se rendía culto a los dioses y se expresaban los principios espirituales de la comunidad. Este carácter de manifestación sagrada es, según los expertos, un factor común en la aparición del teatro en todas las civilizaciones.
El teatro romano de Mérdia
Y de ahí, por seguir groseramente la línea evolutiva de nuestro teatro, tenemos a los clásicos griegos y latinos, el uso religioso durante la Edad Media (el Misteri d'Elx es un gan ejemplo), el esplendor del Renacimiento Italiano, los Siglos de Oro ingleses y españoles con Shakespeare, Lope de Vega, Calderón y Tirso de Molina hasta llegar a la modernidad, con Moratín como gran ejemplo en España del estudio y renovación del teatro a principios del s.XIX.
Mucho más tarde, la siguiente revolución en el teatro y su renovada vocación de crítica social llega con Ramón María del Valle-Inclán y Federico García Lorca antes de la Guerra Civil y Antonio Buero Vallejo tras la contienda (en la que conoció a Miguel Hernández), sin olvidar a las más recientes, y aún en activo potentes compañías como Els Joglars, ElsComediants o La Fura dels Baus, que con registros nuevos no han dejado de retratar la sociedad de nuestro tiempo.
El teatro ha sido tan importante en el mundo de la creación cultural, que incluso ha sido una de las referencias del cine dede su nacimiento. A los lectores de este blog, y ayentes de El Sótano, si no están muy convencidos con el teatro, yo les invitaría a ver algunas películas basadas en el teatro, que siempre son platos más digeribles para empezar (y más económicos) y que les ayudarán a coger el gusto por el teatro:
De una de ella ya hemos hablado: Shakespeare in love; y hablando del autor inglés, éstas son algunas de las adaptaciones de sus obras hechas por el actor, director y productor Kenneth Branagh:
Enrique V (1989)
Mucho ruido y pocas nueces (1993)
 
Otelo (1995)
Hamlet (1996)
 
Trabajos de amor perdidos (2000)
Además, tenemos las múltiples versiones y revisiones de Romeo y Julieta, como la West Side Story de la que ya hablamos hace unas semanas o la más reciente Romeo+Juliet (1996) con Leonardo DiCaprio, película que, por cierto, formaba parte de una trilogía del director Baz Luhrmann junto con las obras El amor está en el aire y el más famoso musical Moulin Rouge.
 
Y si he hablado de Shakespeare, no puedo dejar de hablar de su coetáneo y más cercano Lope de Vega, llamado “Fénix de los ingenios y monstruo de la naturaleza” por Cervantes, puesto que fue uno de los poetas y dramaturgos más importantes del Siglo de Oro español y uno de los autores más prolíficos de la historia de la Literatura. Vivió en la misma época que el inglés y también tiene su película biográfica: Lope.

Obras suyas llevadas al cine son
  • Fuenteovejuna (1947 y 1972)
  • El mejor alcalde, el Rey (1971)
  • La leyenda del Alcalde de Zalamea (1973)
  • El perro de hortelano (1995)
 
Y para terminar, no dejaré de mencionar Dogville del siempre polémico Lars Von Trier, que hizo una película que en realidad era una obra de teatro, y que a mí me gustó, aunque este perro no sea de mi agrado.
 Si os gustan estás películas, sin duda os gustará el teatro.




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