Hora perezosa
que serpentea
por la siesta gozosa.
Sombras adormiladas
que aletean
en tu fantasía agrandada.
Mi deseo repta,
palpándote a ciegas.
por tu piel entera.
Pienso tus pezones,
campo de refriegas,
negros y molones.
Salivo en la almohada
y mis dedos jugones
buscan tu entrada.
¿No será tu aliento
lo que en cada suspiro
creo que siento?
Tu sexo imagino
y se me hincha la alegría
si te pienso a tiro
Se revuelve mi cama impía
en esta siesta perezosa:
nos quedan veinte días.
Un de los mas bonitos.
ResponderEliminar