lunes, 26 de agosto de 2019

INSTRUCCIONES PARA DESENTELARAÑAR

Objeto.

Las siguientes instrucciones tienen por objeto dar unas directrices básicas para realizar con éxito el proceso de desentelarañe de aquellas personas que vayan a acometer la mencionada operación.


Sobre los criterios de selección de los ofertantes.

Es esencial que la reclamante no lance un llamamiento indiscriminado de candidatos. Al contrario, se recomienda un procedimiento negociado sin publicidad con una preselección previa de ofertantes en la que se han de primar los criterios de experiencia, vecindad/amistad y discreción.


Programación y condiciones.

Una vez seleccionado el candidato se iniciará el proceso de negociación de fecha y lugar. Es preferible que estas disposiciones sean fijadas de forma imprecisa y favoreciendo un encuentro casual e inopinado que descargue el evento de connotaciones agendadas. En todo caso, en este proceso de decisión las partes se apoyarán en herramientas de asistencia a la negociación, tales como vino o cerveza.

La reclamante, en algún momento de la fase de acuerdo, se acercará al ofertante seleccionado y le susurrara al oído la siguiente cláusula:
"Esto no significa que a partir de ahora puedas llamar a mi puerta siempre que te venga en gana o que yo vaya a correr como una perra detrás de ti, pero la calidad de la prestación del servicio será tenida en cuenta en el caso de que decida llevar a cabo a partir de ahora  un programa de mantenimiento preventivo de mis instalaciones".


Sobre el desentelarañe. Fase I.

En el lugar y fecha acordados, o del encuentro casual, y una vez apagadas las luces o subidas las persianas (según se estime más oportuno), se procederá en primer lugar a suscribir oralmente el contrato.

Se usarán todos los labios disponibles y se considerará de mal gusto acometer de forma directa labio con labio en esta oralidad.

Dado que es aceptado que lo bueno se hace esperar, y que cinco o treinta minutos de más no suponen un tiempo extra en comparación con el que hace crecer las telarañas, se ha de primar el concepto "andarse con rodeos". Este concepto implica que bajo las circunstancias de desentelarañe nunca se acometerá directamente el objetivo, sino que "las tres ll": mejillas, barbilla y cuello; junto con "la doble l": lóbulos; serán la antesala de los besos mordisqueantes labio a labio.

Igualmente, el camino que ha de llevar al siempre más ansiado sur, deberá trazarse con demora zigzagueante, nunca en línea recta, jamás con prisas. Las telarañas no sólo han crecido en los recovecos más evidentes, sino que cada centímetro de piel ha quedado sepultado bajo las capas que han de retirarse con parsimoniosa paciencia, valiéndose de dedos y lengua si fuera preciso. Por ello, el ombligo y los muslos, las ingles y las nalgas, las caderas y la espalda, formarán parte de la espiral que selle labios y dedos de reclamante con labios de proponente.

Este punto marcará el fin de la Fase I del desentelarañe, pero su duración no ha de circunscribirse al desembarco esperado, sino que es deseable, y susceptible de prorrogar la cláusula de repetición, la consecución de un orgasmo vía oral, o más.

Siempre más.


Sobre el desentelarañe. Fase II.

Una vez culminada la Fase I del desentelarañe, los concurrentes se abandonarán a las libres inspiraciones del instinto, que marcarán los episodios de furia y de calma alternos que se precisen en esta Fase II.

Se recomienda utilizar el oído y prestar atención a la cadencia y volumen de los gemidos de la contraparte con el propósito de acompasar y contemporizar, de acompañar y atemperar,  de balancear movimientos y prolongar la Fase II cuerpo a cuerpo.

Recuerde: las telarañas se agarran con firmeza a cualquier hueco, a cualquier rincón, y mientras más concienzudo sea el proceso de desentelarañe, mientras más grato sea el recuerdo de la operación, más fácil será llevar a cabo un programa regular de mantenimiento que asegure un saludable estado sin telarañas.

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