Si ya es complicado ceñirse a las 100 palabras del certamen Relatos en cadena de Escuela de escritores y la cadena SER donde suelo participar y gracias al cual di el brinco más allá de mis libretas, imaginaos lo conciso que hay que ser para dar un toque literario a algo de tenga menos de 140 caracteres (para dar constancia de que se estaba participando, el tuit debía incluir el hastag #relatoBdC, lo que resta 9 caracteres más el espacio a los 140 canónicos).
Además, el relato debía contener la palabra palabra o derivados.
El proceso a veces aleatorio por el que te viene a la cabeza una historia es algo que me sigue sorprendiendo. Recuerdo que en la Escuela de Caminos odiaba los problemas de «idea feliz», puesto que la resolución de dichos problemas no sólo estaba vinculada al dominio que tuvieras de las herramientas enseñadas en las diferentes asignaturas, sino que la creatividad (y la experiencia, que es la cantera en la que a menudo se talla esa creatividad) pasaba a formar parte esencial del camino de resolución, y por tanto de la nota del examen. Jugar a esa única baza los conocimientos en una materia siempre me pareció inadecuado. Pensaba que los profesores que recurrían constantemente a ese tipo de problemas jugaban sucio. Es necesaria la creatividad, pero ésta suele salir de la experiencia que no tienes en un primer examen de una asignatura.
Sin embargo la «idea feliz», la ocurrencia que de repente pasa por tu cabeza y que sólo atrapas si estás atento, la chispa que te abre el camino a un relato diferente, es un fenómeno escaso y siempre bien recibido a la hora de crear, y por tanto de escribir.
Pues fue una idea feliz la que me llevó a escribir este tuit con aspiraciones literarias (130 caracteres dan para lo que dan) para participar en el certamen de Barco de Colegas:
En aquel país, los niños engendrados durante lluvias de palabras nacían siendo escritores. Si había tormenta, nacían charlatanes.
Me da que podía ser el buen comienzo de alguna leyenda interesante.
Y este pasado viernes por la noche, al salir del cine (fui a ver Looper, os la recomiendo) me enteré por un tuit de que había resultado ganador del certamen. La alegría, por inesperado de la noticia fue muy grande. Twitter está plagado de genialidades que brillan entre demasiada maleza, así que conseguir que algo tuyo se cuele y sobresalga es todo un orgullo (aunque sólo sea por algo muy pequeño).
Pinchando aquí podéis leer el resto de relatos participantes (no son muchos, el mérito no es tan grande), entre los que se incluyen algunos buenos amigos escritores míos.
En nuestra segunda intervención
en El Sótano, los invitados del
programa han sido los miembros del grupo de San Pedro del Pinatar The Red
Topscon su espíritu de los años 50. Así que decidimos darnos un
pequeño paseo cultural por aquella época y buscar referencias literarias y
cinematográficas (los guiones son literatura) para ver qué se cocía por aquel
entonces.
Estos muchachos nos llevaron a los años 50 en el programa del 22 de noviembre
Se trata de una década en la que
tras el parón que sufrió el American Dream
durante la Gran Depresión de los años 30 y la Segunda Guerra Mundial, en
Estados Unidos se desata el consumismo. Todo el esfuerzo de la industria de
guerra dio lugar a una capacidad de producción brutal en aquel país (como
ejemplo, durante la guerra, los alemanes eran incapaces de hundir barcos
norteamericanos al ritmo que éstos los fabricaban), y esto, simplificando un
poco, fue el caldo de cultivo perfecto para el consumismo: Una sociedad que
salía de unos momentos de gran esfuerzo y con mucha capacidad para producir y
consumir.
Antes hubo que pasar por esto (¿nos suena de algo?)
Pero como no todo el monte es
orégano, dentro de esta sociedad de triunfadores dominada por los WASP: Blancos, anglosajones y protestantes,
nos encontramos también con la realidad de los emigrantes italoamericanos,
hispanos, irlandeses (ahí tenemos el magnífico musical West
Side Story, de 1957 que lleva la historia de Romeo y Julieta hasta esa década en el West Side de Nueva York),… Pues bien, la realidad de esta gente es
muy distinta a la de los gobernantes WASP.
Gran escena en la que los
protagonistas portorriqueños hablan de su situación y sueños frente a los WASP
De estos estratos sociales
saldrán los Greasers: pandilleros
engominados de las clases obreras que crearon esa estética tan reconocible de
los años 50, estética que encontramos en la famosísima Grease (1978) que
fue tomada por muchos jóvenes como forma de expresión rebelde. Como ejemplo
tenemos a Elvis Presley, Eddie Cochran
(C’mon Everybody), Gene Vincent
(Be-Bop-A-Lula) o el
mismo James Dean.
Créditos de Grease, que aunque es de 1978 (y el tema principal es música disco de Barry
Gibb, de los Bee Gees) resumen muy
bien toda la iconografía de la década de los 50
En esta época y con esta estética
es cuando el R&R se fusiona con otras músicas más folk norteamericanas,
como el hillbilly, el R&B o el boogie woogie dando lugar al rockabilly, que de una forma u otra
sigue reinventándose. Por ejemplo aquí en España podemos mencionar el momento
de esplender de los rockers o pasotas
en los años 80: tenemos aún en la brecha a Loquillo, que ha hecho de
esta estética un modo de identidad; recordaréis también a Los Rebeldes
o incluso La Guardia y Duncan Dhu que usaron en su música y
estética la evolución del rockabilly; o los más clásicosTennessee, por hablar de los referentes más
comerciales.
Las 100 gaviotas de Duncan Dhu
Hoy en día la evolución de aquel
estilo de música y forma de ver la vida da una vuelta de tuerca hacia el
burlesque con bandas del poderío como la de la irlandesa Imelda May
e incluso en España toma fuerza con la gran representante del burlesque Vinila
von Birsmark y por supuesto The Red Tops.
La granadina Vinila von Birsmark
juntando en la batidora la música entre los 20 y los 50 del siglo pasado
Y como apunte, mientras todo esto
pasaba principalmente en la costa este y sudeste de Estados Unidos, con capital
en Memphis, Tennessee; en la costa oeste, en la zona de Los Ángeles, comenzó a
desarrollarse la música
surf, con una estética también
muy característica de aquellos años. El padre de este género, Dick Dale, marcó con
su estilo tocando la guitarra a toda una generación del heavy metal y a
personajes como Jimi Hendix. Aquí en España en la actualidad tenemos como
representantes de este estilo del rock
surfer a Los Coronas (que junto a
los Arizona Baby han estado de gira
llamándose Los Corizonas)
Los principales representantes de la
música surf hoy en día en España
Referente al cine con referencia
al rock de aquella época o referido a estos movimientos musicales, además de
los ya mencionados Grease y West Side Story,
podemos mencionar algunos títulos de culto como
“Tanto gilipollas para tan pocas
balas” “¡Menos mola!”
O la “fábula de Rock & Roll”
que empieza con la leyenda: “Otro tiempo, otro lugar” Calles de
fuego. Una historia de princesas raptadas, villanos malísimos,
antihéroes que tienen más de anti que de héroe, que podría situarse en el
Lejano Oeste o en mitad del Medievo, pero que sin embargo transcurre en las
calles de una ciudad donde impera el Rock&Roll, con una estética ambigua
que mezcla los años 50 y los 80.
Si os digo la verdad, yo siempre he
querido ser Tom Cody, el antihéroe de esta historia.
oComo
olvidar las escenas paródicas de Top Secret! en
las que Val Kilmer (en su primer largometraje) hace de la estrella del rock
Nick Rivers, parodiando a Elvis
oLa
gamberra Porky’s, la precursora
de las comedias de adolescentes.
Otra escena mítica del cine en una de las mejores películas del genio británico
Esta época es también donde nace el
culto por el cine de ciencia ficción con obras míticas que reflejan los miedos
de la de la Guerra Fría llevándola a lo fantástico, pasto del remake como
Dean Martin, uno de los míticos Rat
Pack (Frank Sinatra, Samy Davis Jr.) cantando en Río Bravo con Ricky Nelson
Y por último, otras películas que
no podemos dejar de nombrar de esta década son el gran musical Cantando bajo la lluvia,
Eva al desnudo o El crepúsculo de los
dioses, película de Billy Wilder en la que se escribe el epitafio de los
antiguos dioses del cine cuando nace esta década tan prolífica; sin dejar de
dar el puntapié necesario a Hollywood.
¡BUENOS DÍAS!
Sin embargo, otro mundo era lo que teníamos en España, nada
que ver con el clima norteamericano. Fiel reflejo de ello es la quizá mejor
película que se hizo en España aquella década: Bienvenido,
Mr. Marshall.
Menuda diferencia
Y en lo que a Literatura se refiere, Rebeca ha
preparado esta selección:
Los contextos en USA y España son completamente
diferentes, la novela de los 50 en España está marcada por la Posguerra y el
realismo social: pretende
-mediante el recuerdo de la guerra y sus secuelas, la actitud crítica, los
personajes colectivos (alienados, explotados, víctimas)- desenmascarar
situaciones sociales injustas en clara correspondencia con las que se suceden
en la realidad de cada día.
En esta ocasión os recomendamos:
Esta edición la leyó un servidor en 1º de B.U.P., con 14 años
Una novela imprescindible es El
Camino de Miguel
Delibes, que inicia la década en 1950 y que es considerada una novela
redonda, que el autor confesó fue la que asentó su estilo narrativo y que casa
en un solo relato temas sociales y personales con el trasfondo de la época de
la posguerra: la infancia, el amor, la muerte y la religión y la sociedad de
clases (ambas muy criticadas por el autor en muchas de sus obras).
Mosén Millán (1953) (más tarde rebautizada como Réquiem por un campesino español en 1960),
de Ramón J.
Sénder, en la que se relata la historia de Paco el del Molino, un
exmonaguillo preocupado por los problemas sociales de su pueblo, que es
asesinado por los señoritos pudientes de la aldea y recordado en su funeral por
el representante del clero, Mosén Millán, que también es responsable de su
muerte. La novela fue escrita en el exilio del autor y es uno de los mayores
exponentes del realismo, una crítica tajante de la sociedad española de la
época, azotada por el fascismo y el miedo (representado en la novela por el
cura y los falangistas), pero donde existía un valiente sentimiento revolucionario,
a pesar del peligro de muerte e incluso habiendo perdido la guerra
(representado en la novela por Paco el del Molino).
Otra novela que representa a la sociedad de la
posguerra española es La Colmena, de Camilo José Cela
y que no puede dejar de leerse para comprender la situación política del país,
desolado por el golpe de estado. Cela es atrevido y se convierte en uno de los
primeros autores que habla abiertamente de la sexualidad, incluidas la
represión sexual (y sus consecuencias) y la homosexualidad. No tiene argumento
ni desenlace, por lo que queda patente la idea del autor de destacar la vida y
anécdotas de los personajes con total realismo, dejando de lado la necesidad de
eclipsarlos y encasillarlos en papeles que verían su personalidad restringida
por la obligatoriedad de que exista una historia de trasfondo.
Mientras tanto, y como decíamos, en USA la
situación es otra, destacaremos el Southern Gothic (Gótico Sureño)
y autores como:
Harper Lee, de Alabama con Matar a un ruiseñor,
referente literario de la lucha social que se iniciaba contra el racismo,
firmemente arraigado en los estados sureños de USA.
Cartel de la película
sobre la novela, con el ya mencionado James Dean.
Y otros autores fuera de este estilo como John Steinbeck
con Al Este
del Edén. Sus obras son referentes literarios y fue ganador del
premio Nobel de Literatura en 1962, James Jones conDe aquí a la eternidad; y por supuesto, no olvidemos On The Road,
de Jack Kerouac y toda
la generación beat. On The Road es una verdadera novela de
culto, donde se narran las peripecias que les ocurren a dos amigos durante sus
diversos viajes por los USA, donde el alcohol, el sexo, las drogas, la música
tienen un verdadero protagonismo, fiel reflejo de la naciente libertad (y
libertinaje) del momento.
Sus labios perfilados se
contraen para dejar escapar un silbido corto (*) y a continuación se gira, moviéndose con la confianza que otorga el
saberse poseedora de esas caderas que brillan en la oscuridad al ritmo
cadencioso de un bolero embustero y culpable, más que yo. Tras su señal
aprobadora la sigo por la calle desierta. Su movimiento de labios fue sensual,
y lo hizo a sabiendas, aunque pensara que a esa distancia yo no pudiera verlos.
Sí podía.
Sigo el rastro de migas de deseo y llegamos a su puerta. El instinto se
me afila y sonrío por su bendito desconocimiento: los seres como yo sólo
podemos entrar si nos invitan.
(*) Frase del concurso Relatos en cadena de la SER con la que debían comenzar los relatos participantes de esta semana
Vigila tus pies(*), últimamente los
he visto rondar por lugares que no deberían frecuentar tus impolutas suelas tan
poco gastadas. Y ya sabes lo que pasa en esas aceras sucias y canallas donde no
gustan las huellas desconocidas, ¿verdad?
Si tus pies no te llevan allí donde
el Viejo no quiere verte, tienes más probabilidades de que tu entrepierna no te
traicione (lo hará, créeme, un hombre para condenarse a sí mismo sólo necesita que
le den una oportunidad).
Por otro lado tienes razón, tu
corazón sufrirá, sí, pero no porque se acelere con desenfreno como cuando tus
manos recorren unas caderas equivocadas, sino porque la distancia es una cura
dolorosa que se administra en dosis permanente. Piénsalo. Mejor que sigas ese
tratamiento, tómatelo como una quimioterapia dolorosa que te salvará.
Si tus pies no te llevan allí, tu
cabeza podrá seguir usando sombrero, y esos bonitos y caros zapatos no te
precederán antes de hora en una caja de madera.
(*) De un concurso de Radio Castellón en el que ésa era la frase sugerida para el tema del microrrelato.