martes, 17 de junio de 2014

PALMERAS EN TIEMPOS REVUELTOS (II) Un sainete de Palmeralandia.

En la Escena I ocurrió ESTO.


ESCENA II

 

Salón de plenos del Ayuntamiento. Tras la salida en prensa de la noticia de que el Equipo de Gobierno va a organizar una porra para que los ciudadanos adivinen dónde caerá la palmera más alta del mes, la oposición pide un pleno monotemático para tratar el tema.

Todos los concejales están sentados ya en sus escaños y el público atiborra el salón de plenos, expectante por la situación que se vive en la ciudad de palmeras que caen.

Tras la señora Alcaldesa, Mariano, su asistente, sostiene un vaso de agua. Ella, mira el reloj, nerviosa y al público asistente, aún más nerviosa.

ALCALDESA (cuchicheando con su asistente): Pero Mariano, ¿por qué han dejado entrar a toda esta gente?

ASISTENTE: Señora Alcaldesa, fue usted quien pidió que fuera un pleno de puertas abiertas para que vinieran los militantes y simpatizantes del partido, y que evitaran así que esos rojos de la oposición hablaran demasiado. Y también para que la aplaudieran, espontáneamente, como es natural, cada vez que usted hablara.

ALCALDESA: ¡Sí, eso ya lo sé, Mariano! Pero yo no veo aquí a nadie del partido.

ASISTENTE: Verá, señora Alcaldesa, es que esos rojos han sido muy listos y justo cuando se iban a abrir las puertas del salón de plenos, han dicho que pasaba por la calle un vendedor ambulante de laca y gomina y otro que daba títulos MBA. Y se conoce que los nuestros no han podido resistir el reclamo.

ALCALDESA: Entonces, ¿todos estos que hay aquí son rojos?

ASISTENTE: No señora Alcaldesa, que va. Los rojos están en una manifestación por los derechos de los monetes salvajes del Caribe o algo así. Éstos que hay aquí son los que han leído la noticia en la prensa y…

ALCALDESA: ¿Intelectuales? ¿Gente informada?

ASISTENTE: ¡No, qué va! Son pobres que vienen a preguntar cómo se participa en la porra de La palmera del mes, y cuál será el premio.

ALCALDESA: ¡¿Pobres?! ¡Por Dios Mariano, qué horror! ¡Con lo mal que huelen! ¿No hice un decreto diciendo que no podía haber pobres en esta ciudad y que todos mis súbditos…

ASISTENTE: Ciudadanos, señora Alcaldesa.

ALCALDESA: Eso, eso… Lo que sea. Yo los prohibí, dije que todos los ciudadanos deberían ser gente de bien, ¡personas normales!

ASISTENTE: Y muy bien que escribió usted ese bando, señora Alcaldesa, pero ya sabe que los pobres son muy cabezotas y se empeñan en seguir viviendo en su estado de miseria antes que disfrutar de la buena vida de la gente de bien.

ALCALDESA: Qué fatiga de gente, Mariano.

ASISTENTE: Sus órdenes señora Alcaldesa.

PORTAVOZ OPOSICIÓN (gritando desde su asiento): ¡Yeeeeeeeee! ¿Comensamos o qué?

ALCALDESA: Que sí, que sí. ¡Maleducado! (En voz baja a su asistente) Mariano, por el amor de Dios, llama a mis asesores, que no voy a aguantar mucho rato hablando con éstos.

ASISTENTE: Sus órdenes señora Alcaldesa.

El asistente se va del salón de plenos.

PORTAVOZ OPOSICIÓN: Yeeee, vinga que no arribem!

ALCALDESA (en voz baja): Y es que ni siquiera saben hablar bien… ¡Qué horror!

La Alcaldesa golpe con un mazo sobre la mesa de la presidencia y pide silencio en el salón.

ALCALDESA: ¡Silencio! ¡Silencio, he dicho! Comienza el pleno monotemático a petición de la oposición y con motivo de la nueva iniciativa del Equipo de Gobierno de Dinamización de las facultades de observación de la flora autóctona predominante por parte de la población y de estímulo de las apuestas sobre la creación de nuevos espacios en la masa arbórea local.

PORTAVOZ OPOSICIÓN: O de adivinar dónde se van a caer las palmeras, que es más corto, ¡ché!

ALCALDESA: ¡Simples, que sois unos simples!

PORTAVOZ OPOSICIÓN: ¡Yeeee! ¡Sin faltar, señora lisensiada!

ALCALDESA: A ver, usted dirá, ¿qué tiene que decir a nuestra fantástica iniciativa?

PORTAVOZ OPOSICIÓN: Pues que es una tontá.

ALCALDESA: ¡Ustedes hicieron más! Y sin embargo, ¿qué hacen ahora desde la oposición?

PORTAVOZ OPOSICIÓN: Ninguna tontá.

ALCALDESA: ¡Eso, ni tontadas ni nada! Ustedes los de la oposición no hacen nada más que quejarse y poner palos en la rueda de la recuperación de la ciudad que con tanto esfuerzo hemos conseguido poner en marcha para arreglar el guirigay que dejaron ustedes aquí.

PORTAVOZ OPOSICIÓN (canturreando): ¡Miiiiitin, miiiiitin!

ALCALDESA: Sí, eso, ríanse de los que trabajamos por esta ciudad. Que ya les va bien como están, ahí sentados cobrando sus subvenciones.

PORTAVOZ OPOSICIÓN: ¡Yeee! Hablando de cobrar, ¿cómo se va a finansiar la cosa esta de La palmera del mes?

ALCALDESA: Como en todas las porras, ¿cómo va a ser? Cada súbdi… digo ciudadano que quiera participar deberá abonar cinco euros por cada pronóstico.

PORTAVOZ OPOSICIÓN: Y de verdad cree usted que va a participar gente suficiente como para comprar el apartamento en Santa Paula, ¿uno al mes?

ALCALDESA: ¡Por supuesto! Con las acciones del Gobierno de la Nación los precios de la vivienda han bajado tanto que podremos costearlo sin problema.

PORTAVOZ OPOSICIÓN: ¡Claro, claro! Eso es si la gente participa, que es muy peligroso andar por esos huertos de palmeras a ver dónde cae la que esté más dañada, en cualquier momento te puede caer una encima y kaput.

ALCALDESA: ¡Qué pocas luces tienen! Este Equipo de Gobierno vela en todo momento por la salud y la seguridad de sus súbdi… digo sus ciudadanos. Con cada pronóstico en la porra se obsequiará al participante con un casco que le prevendrá de cualquier lesión.

PORTAVOZ OPOSICIÓN: ¡Yeeee! Pero entonces nos quedamos sin dinero p’al apartamento en la playa, ¿no?

PORTAVOZ OPOSICIÓN 2: ¡Eso es irrelevante! Los apartamentos en la playa son símbolo de la decadencia burguesa a la que nos conducen nuestros rancios gobernantes. ¡O apartamentos para todos o para nadie!

PÚBLICO (jalenado): ¡Así se habla! ¡Sí! ¡Pico de oro! ¡La voz del pueblo!

ALCALDESA: Ya salió el Jefe Rojo 2. Usted lo que es, es un demagogo zarrapastroso minoritario.

PORTAVOZ OPOSICIÓN 2: Y usted una capitalista neoliberal de capilla. ¡Demagogia la suya!´

PORTAVOZ OPOSICIÓN: ¡Me abuuuuurro!

PORTAVOZ OPOSICIÓN 2: Ustedes los socialdemócratas son unos vendidos, no sé de qué se queja. Seguro que estará todo apañado y darán los premios a sus amiguitos del alma de siempre.

PORTAVOZ OPOSICIÓN: ¡Yeeee! A mí no me líes con ésta estirada.

ALCALDESA: ¡Por Dios! ¡Con una oposición así qué puedo hacer!

PORTAVOZ OPOSICIÓN 2: ¡Exigimos que se establezca una comisión independiente que mes a mes dictamine cuál es la palmera más alta que haya caído para impedir que el premio lo reparta entre los suyos, ¡los del cortijo!

PORTAVOZ OPOSICIÓN: ¿Una comisión? Claro, y tú querrás estar en ella.

PORTAVOZ OPOSICIÓN 2: No hay otra forma de demostrar que es independiente.

ALCALDESA: Si va el Jefe Rojo 2, yo no me fío.

PORTAVOZ OPOSICIÓN: Pues nos metemos todos en la comisión. No hay otra.

ALCALDESA: Pero tengan en cuenta, que las dietas de la Alcaldesa por asistir a estas comisiones son mayores que las de la oposición, que para algo me esfuerzo y me sacrifico yo más que ustedes.

PORTAVOZ OPOSICIÓN: ¡Yeeee! ¿Será per diners?



Fin de la Escena II

domingo, 15 de junio de 2014

Más allá del Sótano: VIVO CANTANDO

Hace unas semanas se representó en Elche Las nuevas aventuras de Mary Poppins, y en el Sótano estuvieron contándonos algo de este espectáculo prácticamente perfecto. Y a mí me pareció una buena excusa para hablar de los musicales.



Y es que si he dicho más de una vez que me gustaría que mi vida fuera como uno de los cuadros de Sorolla en la playa, es cierto que también he querido más de una vez que fuera como en un musical, donde de repente puedes ponerte a cantar por la calle para expresar un sentimiento y toda la concurrencia se convierte en tu entusiasta cuerpo de baile. Pero si esto fuera posible para todo el mundo, me temo que estaríamos todo el día bailando también para las canciones de otros. Iríamos de baile en baile... Estaríamos en forma, eso sí.
Buenos días... 
Pero antes que nada, ¿a qué clase de género musical me refiero? Porque de todo hay en esos escenarios y en esas pantallas de cine. Que una cosa es bailotear como en Cantando bajo la lluvia y otra muy distinta son las más de dos horas de peñazo de Yentl, con Barbra Streisand haciendo de joven «estudianta» disfrazada de joven «estudianto» a sus entonces 41 años…
O esto... ¡Ay Pápa...! ¿Ande estás?
 
Decir que no te gusta el musical es como eso que dicen algunos cavernícolas de que no les gusta el cine español, como si hubiera, más allá de esa misma definición, algo que definiera el cine que se produce con dinero de España. Con la multitud de géneros que está cultivando en los últimos años, eso de que no te gusta el «cine español» es como decir que no te gusta ni la comedia, ni el drama, ni la ciencia ficción, ni el terror, ni el musical… Porque algún musical se ha hecho en España (pero a eso iremos luego). Pues lo mismo pasa con el género musical, que sinceramente creo que hay para todos los gustos.
Precisamente de este género, y haciendo historia, se podría decir que los de Elche sabemos algo. Y es que al fin y al cabo los primeros musicales fueron los dramas litúrgicos que surgieron a finales del s. IX. De estas composiciones, cantadas o recitadas en latín, surgieron más adelante los milagros, los autos sacramentales y los misterios, entre los que se encuentra el Misteri d’Elx.
En todos estos casos se trata de piezas musicales que además de ser cantadas, son acompañadas de una representación junto al altar y tienen un fin didáctico hacia un destinatario claro, no son piezas que canten los monjes para sí, sino que hay un público.
Y éstos son los ingredientes que necesita un musical: alguien que cante, un mensaje o historia y un público.
Estos ingredientes, en el caso del Misteri d’Elx, sabemos que son varones del pueblo quienes cantan, explicándonos la Dormición, Asunción y Coronación de la madre de Jesucristo y que se destina al propio pueblo de Elche para explicarle el misterio de que alguien suba al cielo sin estar muerto. Fijaos que a pesar de que esta representación data del s. XV, no fue hasta 1950 cuando el Papa Pío XII estableció la asunción de la virgen como dogma de fe, es decir, que muy clara no estaba la cosa. Yo aún no me termino de creer la sentencia papal, que dijo «Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado; que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste».
Tiene tela la declaración. Porque si te dicen que vas a engendrar a un Dios lo suyo es pegar un polvo de los que hacen época (sin ir más lejos, datamos los años antes y después de nuestra época refiriéndonos a aquel suceso); pero no, engendró siendo virgen, por un pajarito… Y encima luego subió al cielo en cuerpo y alma, todo de un único lote (para mí que fue abducida por los extraterrestres, o es que debo ver menos el programa ése del Canal Historia, el de Generación Alien).
Bueno, que me voy por las ramas, el caso es que la Iglesia nos contó muchos de los episodios de la vida de su fundador mediante estos musicales primigenios, por lo que podríamos decir que Jesucristo Superstar no es más que un remake varios siglos después.

¿Sabéis que fue uno de los primeros musicales anglosajones que se representó en España? Y la verdad es que fue algo muy valiente, porque Franco y sus meapilas criminales aún andaban dando sus últimos coletazos (bueno, no tan últimos, que el meapilismo aún los estamos sufriendo en forma de Ministros del Gobierno). La película de Jesucristo Superstar había tenido problemas con la censura española... Es decir, que representar esa obra en un teatro de Madrid era tan transgresor como que salieran hoy en día niñas en el Misteri, ya veis qué locura, ¿a quién se le ocurriría que una mujer cantara representando un papel femenino…?

Un sindiós…
Este Herodes decadente, con su Corte transgresora, sí que mola.

Pero para seguir dándole vueltas al tema de Jesucristo Superstar, aquí os dejo EL DATO. ¿Sabéis quién hizo de Judas? Nada más y nada menos de Teddy Bautista, el querido Teddy Bautista… No podía ser otro quien dijera aquello de: «¿Seré yo, maestro?». ¡Grande!
Pero volvamos al musical.
Tras la evolución de los dramas litúrgicos durante siglos hacia las óperas, operetas, zarzuelas, vodeviles, revistas y music hall, el género del musical acaba consolidándose en Estados Unidos durante la primera mitad del s. XX, tanto en los teatros de Broadway como en el cine.
Por ejemplo, mientras que aquí en España nos dábamos de tiros (algunos en nombre de Cristo, por cierto), los americanos estrenaban en 1939 la versión cinematográfica de El mago de Öz, que ganó dos premios Óscar por mejor música original y mejor canción a Over the rainbow, que seguro todos vosotros conocéis.

 
Y a continuación de la II Guerra Mundial, tuvimos la auténtica etapa dorada del género, con Gene Kelly, Fred Astaire y Ginger Rogers a la cabeza, sin olvidar a las estrellas de la música como Frank Sinatra o Elvis Presley.
De toda esta época, hasta los años setenta, nos ha quedado Un día en Nueva York, Un americano en París, Cantando bajo la lluvia (con quizá una de las melodías más pegadizas y reconocibles de la historia de la música); también tenemos West Side Story (dela que hablé en la entrada dedicada a los años 50), Sonrisas y lágrimas, My fair lady, Hello Dolly y por supuesto Mary Poppins.
Todas estas obras triunfaron tanto en los teatros como en el cine, aunque poco a poco, el género musical, que se había ido haciendo quizá más serio y menos desenfadado que en sus orígenes, fue perdiendo fuelle, y ya en la década de los setenta empieza a decaer, con menos éxitos que en las dos décadas anteriores. De esta etapa aún podemos hablar de El violinista en el tejado (estrenada en Broadway la década anterior), la ya mencionada Jesucristo Superstar, Grease, Cabaret y los peñazos de nuestra amiga Barbra Streisand…
Fantásticos arreglos musicales orientalizantes que nos recuerdan el origen de esta familia judía que vive en la estepa rusa.
 
 
De esta época tampoco puedo dejar de mencionar el fenómeno de culto decadente que dura hasta hoy en día del Rocky Horror Picture Show.
 
La triunfal aparición del doctor Frank´n Furter
Avanzando en el tiempo, nos acercamos a final de siglo XX con nuevos registros como las de Blues Brothers o Bailando en la oscuridad, nada que ver con la constante producción de veinte años antes.
Fue en el West End londinense y en Broadway donde gracias a títulos como Cats (18 años en Nueva York y 21 en Londres) y Los Miserables o Chicago donde el musical siguió vivo y manteniendo su esplendor. Obras que muchos años después fueron llevadas a la pantalla.
En el cine el espíritu del musical lo mantuvo vivo Disney con sus películas, especialmente de dibujos animados.
Ya inició el camino con Mary Poppins en 1964, mezclando actores de carne y hueso con animación (que por cierto, la autora del libro quería que se eliminaran las escenas de animación); y lo siguió con otra de mis preferidas, La bruja novata, de 1971. Una película de este corte anterior, y sin animación, sería Chitty Chitty Bang Bang, otra de las referencias del musical infantil antes de que Disney se decantara por la animación pura y dura, y también interpretada por Dick Van Dick (ese nombre merece una reverencia).
 
Pidiendo el voto a la mujer, esto también es Mary Poppinns.
Con lo de Disney se ha dado el camino inverso de lo que suele ser habitual, y las películas han pasado luego al teatro, como La bella y la bestia o Aladdin.
Y por fin en el s. XXI ha vuelto a aparecer con fuerza en el cine, y mantiene su esplendor en el teatro, ampliando su oferta. Por ejemplo, Madrid se ha convertido junto con Londres y Nueva York en una de las referencias del género.
Pero en este siglo el musical se ha adaptado y ha buscado los grandes éxitos de las últimas generaciones, así que hemos podido escuchar estos años a nivel internacional a ABBA (que en la versión cinematográfica, por lo que me han contado se convierte en un karaoke cuando llegan las canciones), la alucinógena Moulin Rouge con esas fantásticas versiones de Roxanne, The show must go on, Like a Virgin o el medley que cantan a dúo Obi wan Kenobi y la australiana más rubia, o Queen

Uno de los mejores números de la película Moulin Rouge

Mientras que en la escena española tenemos desde Joaquín Sabina con Más de 100 mentiras (éste fui a verlo), 40 El musical, Marta tiene un marcapasos de Hombres G, Hoy no me puedo levantar de Mecano o Es por ti de Cómplices. Incluso ha habido musicales dedicados a la movida madrileña, y a la viguesa, con Galicia Canibal, con canciones de Os Resentidos, Golpes bajos, Cómplices o Siniestro Total.

Soy una punk

Es decir, que quien quiera vivir cantando, no será por gustos y falta de estilos.
 

 

sábado, 14 de junio de 2014

Historias de sexo, o fútbol

Avanza por el costado, zigzaguea entre todo lo que le sale al paso, se diría que casi acaricia el terreno que pisa. Su mirada fija en el objetivo, concentrado, seguro de sí mismo, sabedor de la gloria dulce que le esperará cuando alcance la meta…

Ya está cada vez más cerca, deja los costados y se dirige al interior, pero no directamente, confunde a su oponente, primero a la izquierda, luego hace como que va al centro, pero realmente se entretiene y caracolea hacia la derecha. Las defensas caen, el calor ambiente y la humedad aumentan a esa hora de la tarde en la que el fragor envuelve sus sentidos. Está empapado, pero merece la pena el esfuerzo cuando en el siguiente movimiento, preciso, quirúrgico, la mete victorioso y el estadio estalla orgásmico al ver el balón estrellarse contra la red de la portería.






















¡Gooooooooooool!

 

¿Sexo y fútbol o sexo contra fútbol? Empieza el Mundial de fútbol y serán muchos los chistes y comentarios generalistas (por generalizar con el tema del género, valga la redundancia) que se hagan sobre las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de afrontar un evento como éste.
Los hombres iremos con los amigotes a ver el fútbol al bar, o nos quedaremos en casa tirados en el sofá comiendo patatas fritas y bebiendo cerveza, contribuyendo al hinchamiento global de nuestras barrigas. Las mujeres no futboleras (mayoría) aprovecharán para echárnoslo en cara, aunque quizá también lo harán para verse con sus amigas (precisamente escuché argumentar a alguien que toda pareja de amantes que se precie conoce perfectamente el calendario del Mundial para saber cuándo no están los maridos en casa).
 
Y después del partido, según haya sido el resultado o según haya levantado nuestros ánimos el exceso de cerveza, querremos aprovechar que es la hora de ir a la cama para hacer otra de las cosas que se pueden hacer en la cama, y no me refiero a leer o rezar. Por cierto, señores dobladores de películas porno, ¡no se empeñen en hacernos creer que por estas tierras se grita mucho lo de «¡Oh, Dios mío!» cuando se está metido en faena! Yo nunca lo he escuchado cuando me he visto en el tema, ¿o seré yo el responsable?

Lo que sé por mi experiencia es que en general hay que elegir: o fútbol o... intentar el sexo. Seamos realistas, nosotros siempre estamos más dispuestos, tenemos el gatillo más suelto y no siempre conseguimos lo que buscamos, así que más difícil es pretender una noche de sexo con tu pareja después de haber centrado tu atención durante dos horas en un juego en el que 23 hombres hechos y derechos (no siempre) corren tras una pelota para meterla en la portería del contrario y celebrarlo de forma orgásmica tocándose, abrazándose, dándose palmadas en el trasero, tocándose incluso las propias pelotas cuando forman la barrera ante una falta…
Era inevitable recurrir a esta imagen del «incidente Michel-Valderrama».
 

Todo es cuestión de perspectiva.
 
Por mi experiencia, puedo asegurar que la única forma de conjugar ambas actividades es que tu pareja sea también futbolera y que celebre con pasión las victorias de vuestro equipo (cuidado con las parejas de equipos rivales, mal asunto).
Sin embargo ése no es el caso habitual, así que durante las próximas semanas habrá que enfrentarse a la elección: o dedicas tu atención a la tele con los amigos, o demuestras a tu pareja que ella merece tus miradas y tu tiempo mediante el sacrificio, esa cosa tan cristiana, para conseguir algo menos cristiano.

Reflexionad en cuál sería vuestra elección en la siguiente disyuntiva: Final de la Copa del Mundo de Fútbol, de la Eurocopa, de la Champions o del torneo que más os ponga. Vuestro equipo está ahí, a punto de disputarse el título y vuestra novia, mujer, marido, novio o amante os sugiere juegos que nunca hacéis y con los que siempre habéis soñado pero que él o ella se negaban o postergaban para otra ocasión. Dejad volar vuestra imaginación: crema para lamer, un trío, un collarín, sumisión total, o latigazos (los gustos van por barrios), juguetes...

 ¿Qué haríais si os dice «el balón o yo»?

Y hay para todos y todas, ojo. ¿Qué haríais?

Ahí dejo la pregunta.


Y la respuesta que me sugirieron que podría dar: «Cariño, ¿cuántas veces al año hay una final y cuántas veces al año podemos follar?» no servirá de nada.
 
El caso es que el pasado jueves 12 de junio comenzó el Mundial de Fútbol en Brasil y yo tenía pensado hablar de esto durante mi intervención radiofónica en El Sótano de Radio Jove Elx, pero la invitada al programa era la sexóloga del Ayuntamiento de Elche Luz Martínez, así que era más conveniente hablar un poco de sexo. 
¿Y qué podía contar yo de sexo delante de una sexóloga y en un radio de una Concejalía de Juventud de un ayuntamiento gobernado por un PP de los de caspa y mantilla?
Busqué un poco entre la poca literatura que tengo en casa relativa al tema y me documenté para dar algunos consejos. Y siempre hemos de empezar por el principio, que en cuestión de sexo bidireccional, ¿cuál es ese principio? Os preguntaréis.

La pérdida de la virginidad, evidentemente. ¿Y cuándo ocurre eso?
 ¿Qué hacíais vosotros el 10 de mayo de 2011 a las 20:30? ¿Sois conscientes de que siempre hay alguien perdiendo la virginidad?
Pero no, un banco de un parque no es el mejor lugar, no. Escuchadme, castos adolescentes y futuros votantes de los partidos recomendados desde los púlpitos, siempre por inspiración de Dios nuestro Señor. Sabed que la virginidad se pierde en:
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¡LA NOCHE DE BODAS!
Noche en la que habéis de tener a mano esto.
 
Así que aquí van unos consejos para cuando llegue ese mágico momento de la consagración del sacramento del matrimonio (consejos tomados de la Anti-guía de la pareja novata, de Pierre Antilogus y Jean-Louis Festejens:

1.       No abusar de los pasteles (evidentemente antes del acto. Bueno, tampoco durante el acto…).
2.       No pasarse con el alcohol. Ver doble en ese momento puede alterar mucho tu habilidad con la puntería.
3.       Desalojar de la alcoba nupcial a los amigotes juerguistas, a las suegras solícitas, a las matriarcas gitanas que quieran comprobar la virginidad y a los animales de compañía (perros, gatos, hámsters o iguanas) celosos o demasiado amistosos. Si se limitan a quedarse en un rincón mirando, pues los podéis dejar allí, al final te acostumbras a que miren.
4.       Para las exseñoritas, futuras señoras, no untarse la cara con cremas de belleza verdes. No, ¡eso no! Y si encontráis a alguien a quien eso le suponga un aliciente, hacedme caso, deshaceros de él, ¡YA!
5.       Para ellos, tener al menos una mínima erección. Es en los pequeños detalles donde está la magia.
6.       ¡Importante! En la medida de lo posible no equivocarse de nombre cuando se susurran guarreridas españolas al oído de la pareja.
7.       En caso de duda…  hay que mantener la boca cerrada. Ya sabéis eso de que en boca cerrada no entran moscas, ni órganos, si no os va la oralidad.
8.       Otro detallazo es no dormirse durante el acto (especialmente si se ronca).
9.       Y por último, no proponerle a tu pareja, para esta primera vez, los números de la carretilla filipina, la pipa vietnamita, y ni siquiera el salto del tigre.
Sepan  futuros jóvenes esposos, que lo que se espera de ustedes es, más que nunca, elegancia, buenas maneras, e incluso una brizna de romanticismo. ¡Qué menos!
Además, tampoco se dejen llevar por el desánimo si en esa desvirgadora ocasión la tierra no tiembla ni lanzan fuegos artificiales: la primera vez suele ser más intelectual que física.
 
Esperaréis esto:













Pero tendréis suerte de si encontráis esto otro:

 
 
¡Hey! Que esto será sólo al principio, las primeras 500 ó 600 veces. Con paciencia, práctica e imaginación se llegará al nivel del Kamasutra, que ojo, no es sólo una compilación de posturas. El Kamasutra, y otros libros como el Ananga Ranga y El jardín perfumado hablan también de costumbres, de actitudes, de cómo prepararse, de cómo conducir tu vida para tener una vida sexual y amorosa más satisfactoria.
El Kamasutra dice al comienzo: «Un hombre versado en estas artes (las del libro), locuaz y familiarizado con las artes de la galantería, conquistará muy pronto el corazón de las mujeres, aunque su trato con ellas sea reciente».
 
La piedra también tiene su flexibilidad
 

Entre estas artes, se enumeran:
·         Festivales en honor de diferentes divinidades (lo que vienen siendo las romerías vamos, San Antón y San Crispín en Elche…)
·         Reuniones sociales de ambos sexos (ir acostumbrándose a que hay gente con otra fisonomía a la tuya… Tengo amigos que estudiaron E.G.B. en los Salesianos y que me dicen que eso les marcó cuando llegaron al instituto y descubrieron a las chicas… A esa edad...)
·         Fiestas para beber
·         Excursiones para comer al aire libre
·         Otras diversiones sociales

Es decir, que el Kamasutra es realmente un manual de formas y maneras para ser, como la canción de Julio Iglesias, un truhan, un señor… Habla de perfumes, de vestimentas, de la hora del baño, de pétalos de flor en la cama…
Otro de los libros de los que he hablado es El jardín perfumado, que aunque habla de sexo, no deja de agradecer a Dios el que nos haya dado ese divertimento. Este libro, árabe por cierto, tunecino, comienza diciendo:
LOADO SEA DIOS, QUE HA SITUADO LA FUENTE DEL MAYOR PLACER DEL HOMBRE EN LAS PARTES NATURALES DE LA MUJER, Y LA FUENTE DEL MAYOR PLACER DE LA MUJER EN LAS PARTES NATURALES DEL HOMBRE… (esa «coincidencia» no deja de ser un arma de la evolución, pero en la edad media tampoco hay que pedir más).
Así que ya sabéis, Dios nuestro Señor así lo quiso, si el fútbol no os da esos placeres que ansiáis, la elección es fácil (quizá otro día hable de fútbol en la cultura. Sí, es compatible).

 

domingo, 1 de junio de 2014

LA VIDA RESUELTA (crítica teatral)


Se dice muchas veces como un deseo ("quién tuviera la vida resuelta") o con envidia ("claro, como tiene la vida resuelta no ha de preocuparse por esto o por aquello"), síntoma de que se trata de algo realmente complicado de conseguir, un reto del que no somos conscientes cuando somos unos críos y nos preguntan que qué queremos ser de mayores.

¿Nos queda algún recuerdo de aquello? Si uno se para a intentar recordar qué quería ser de mayor cuando era pequeño, puede que el resultado sea un poco deprimente. Lo más probable es que ocurra una de estas dos situaciones: o bien no se ha cumplido el deseo infantil y nuestra vida ha discurrido por senderos muy distintos (generalmente una mezcla entre ser arrastrado por la corriente y pequeños éxitos en la consecución de algunos objetivos), o bien realmente no nos acordamos porque por el camino nos han borrado de un plumazo las expectativas: lo habitual es que sea en las últimas fases de la adolescencia cuando, los que más suerte tengan, vean un camino más o menos marcado o unos objetivos más o menos factibles hacia los que dirigirse.

Pero aunque consigamos esas metas, sigue habiendo un problema de base: casi siempre se ha enfocado la pregunta y la respuesta sobre lo que queremos hacer con nuestras vidas al tema laboral, es decir, desde niños nos encauzan hacia el "vivir para trabajar" en lugar del "trabajar para vivir".

Cuando somos pequeños no nos dicen que la vida generalmente fácil y resuelta que tenemos cuando somos unos infantes, en la que no hemos de luchar por casi nada de lo que tenemos, nos dará un buen guantazo cuando dependamos de nosotros mismos. De repente llegará un día en el que te das cuenta de que tienes unas vacaciones reducidísimas (si tienes la suerte de tener trabajo) para hacer lo que realmente quieres, que tienes unos horarios ajustados y que "final de mes" es la única meta en la que da tiempo a pensar. Y todas estas percepciones están gobernadas y dirigidas por la cuestión laboral, relegando los temas personales, la realización de otros sueños y la consecución de la felicidad a un plano paralelo casi marginal en el que no da tiempo a pensar porque estás saltando de un metro a un autobús para llegar al trabajo, calculando el tiempo que tienes para hacer la comida que meterás en el tuper del día siguiente o pensando qué cantidad del sueldo del mes que viene tienes ya hipotecado.

Y mientras tanto... ¿Qué hemos hecho con nuestras vidas? ¿Dónde hemos dejado las relaciones interpersonales y los sueños de niñez e incluso de juventud?

De esto último habla La vida resuelta: una comedia constante donde los golpes de cruda realidad van sucediéndose entre chistes que no son chistes, sino la vida misma. Y te das cuenta de que quizás tu vida es así: números que hacen reír desde fuera pero que te impiden ver que te están toreando, que te estás perdiendo lo mejor de los demás por triunfar (o salir adelante) en el trabajo, que no ves que eres incapaz de tomar la decisión adecuada para tirarte a la piscina, o incluso que estás manipulando egoístamente a los demás pensando que eres tú la víctima.


En escena dos parejas y una futura madre soltera pendientes de quién conseguirá plaza para su hijo en una exclusiva guardería. La obsesión por conseguir lo mejor para tu descendencia, quizá síntoma de que no lo has podido conseguir para ti mismo, hace que estos cinco personajes (realmente cuatro, porque la inocente e ignorante Lluvia, personaje divertidísimamente interpretado por Adriana Torrebejano, es el contraste veinteañero que remarca el fracaso de la generación precedente, la de los sobradamente preparados treintañeros del resto del reparto, a quienes el destino les ha hecho un truco de tahúr); decía que la obsesión de estos cuatro personajes por conseguir lo mejor para su descendencia deja al descubierto sus fracasos y carencias; desde el forever young interpretado por Javier Mora, que se refugia en una novia mucho más joven (la mencionada Lluvia) y con la que se mueve en moto para negar su edad, hasta la pareja de semitriunfadores que encarnan Laura DomínguezCarlos Santos, pasando por la ¿quizá? (no quiero dar pistas) desequilibrada futura madre soltera que interpreta Cristina Alcázar.

¡Pero ojo! No os confundáis. Esta obra no es una representación de la bajona emocional de la que os estoy hablando, muy al contrario, los guionistas Marta Sánchez y David S. Olivas tejen una comedia ágil en la que demuestran su maestría para los diálogos vivos llenos de réplicas y contrarréplicas, con cinco personajes en escena que lo dan todo y que son capaces de hacernos reír al mismo tiempo que nos plantan frente a un espejo en el que leemos lo jodidos que estamos.
Sobre la interpretación, hacía tiempo que no veía en el escenario una química como la de estos actores entre ellos, que tienen a los personajes y la situación dentro de sí mismos, tanto para el momento de la risa como para el momento de la punzada reflexiva. Y esto no es sólo mérito de ellos mismos sino del director Juan Pedro Campoy y su equipo de La Ruta Teatro, de quienes ya pude ver Perversiones sexuales en Chicago la pasada temporada, demostrando que tienen un buen olfato para escoger obras que hablan de lo que nos está pasando ahora a ti, y a mí, y al de más allá, y al que pasa por tu lado...

Eso es, para ver que aún hemos de hacer mucho para tener La vida resuelta.