Pues ya llevamos mes y medio así…
Hoy cumplo mi séptima semana desde que recogí mis bártulos del día a día en la
oficina, el martes 12 de marzo, y me metí en casa después de cenar en el bar Los Tronquitos de mi barrio. A partir de
la semana que viene los que seguimos confinados podremos empezar a salir
también a dar un paseo o hacer deporte; y me pregunto cómo irá muriendo este diario.
¿En qué momento escribiré la última entrada para despedirme porque ya no me considere
como una persona confinada? Ya iremos viendo.
Al hilo de esto acabo de escuchar
en la radio que los que salgamos a hacer deporte no vamos a tener límite de
tiempo ni de kilometraje, aunque hace una hora en las noticias de la televisión
dijeron que la franja horaria serían a primera y última hora del día. Por otro
lado también he escuchado que el Ayuntamiento de Madrid no va a abrir los
parques, con lo que no podría hacer mis circuitos habituales por Madrid Río y
debería correr por aceras y calzadas… Sigan atentos a sus pantallas.
Quedan en todo caso dos días para
poder a salir a hacer esa carrera. Tengo mis dudas de si empezar esa primera jornada
con todo el mogollón que podemos encontrarnos o si hacerlo el día siguiente una
vez que los odiadores hayan lanzado sus vituperios reglamentarios. Mi gemelo
izquierdo lleva ya un par de días de deporte en casa en los que no me molesta,
pero aun así tendré que hacerlo con suavidad porque hoy ha sido la rodilla
derecha la que en un twist me ha hecho un amago de encasquillarse. No quiero ni
pensar cómo tendría el cuerpo de haberme dedicado este mes y medio a estar
sentado y tumbado en el sofá. He conseguido mantener el corazón (la patata,
como le llaman algunos a la hora de hacer deporte) activo y el peso a raya,
pero es cierto que caminar sólo una vez a la semana es todo un hándicap para
las piernas. Ya veremos qué tal el sábado, o el domingo.
Hoy me ha escrito mi casera,
quería saber qué tal estaba. El día en el que teníamos que vernos para hacer la
entrega de llaves antes de volverme a Elche, al comienzo de este mes de abril,
ella tendría dificultades de agenda porque eso días se iba a Gijón a llevar a
sus padres, que estaban con ella en Guadalajara, donde vive. Y así está la
mujer también, mes y medio con sus padres en casa. Por fortuna están bien, no
como otra amiga que ayer nos comunicó que su padre falleció. Estas desgracias
sirven al menos para recordarnos que aunque necesitamos reír esto no es una
broma y la gente se muere. Y es muy necesario que sigamos concienciados de las medidas
de higiene y distanciamiento social para no seguir propagando este virus.
Ya no es quién nos ha robado el
mes de abril, sino qué nos ha robado este mes de abril.
Por cierto, estoy escuchando la
polémica generada por la experta en chorros de tinta, la inefable presidenta de
la Comunidad de Madrid Díaz Ayuso, a propósito de la basura nutricional que
está dando de comer a los niños de las familias más desfavorecidas. Yo hoy me
he hecho una pizza casera, la primera en mes y media. Me la haría más veces, y
sé que las que me hago yo son sanas porque no llevan casi nada procesado
(chorizo para media mitad, y anchoas para la otra media), pero aun así intento
no abusar. Tanto esfuerzo para mantener el bote de Nocilla a raya, y esta
persona diciendo lo que dice. En fin…
Así empieza una pizza
David 43 – Nocilla 0