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Corrían los años 80, y primeros 90, cuando
veíamos el año 2000 como algo aún muy lejano, promesas del futuro tecnológico y
quién sabía si distópico y apocalíptico. Pero finalmente esa fecha tan redonda
llegó y no pasó nada de lo que supuestamente iba a pasar. Cambiamos de siglo
como quien cambia de seguro del coche: con incertidumbres y dudas sobre si
estaremos haciendo bien las cosas y dando los pasos con una prudencia
desmedida, pero finalmente sin ningún tipo de consecuencias (mientras no
tengamos ningún accidente).
Pero OJO, buscad montañas viejas que estén alejadas de zonas activas sísmicamente, así también os protegéis del riesgo geológico. En España, si el Fin del Mundo viene desde el centro de la Tierra, alejaos especialmente del sur y sureste (desde Granada al sur de Alicante), del Pirineo de Girona, el de Huesca, y en mucha menor medida, del macizo galaico.
Además, habría que saber defenderse de posibles incursiones (zombis, extraterrestres, bandidos, organizaciones totalitarias,…). Por partes:
Y ahora que tenemos a punto de caramelo esa otra
fecha tan icónica del 21 de diciembre de
2012, nuevas profecías de cambios de era, transmutación de la conciencia
global, migración a otra dimensión o de cataclismos geológicos más de andar por
casa (incluyendo meteoritos o planetas de órbitas imposibles) están
amenazándonos con ver pasar los días en el calendario esperando El día de mañana.
¿Sin que pase nada?
Y si pasa… ¿Estaremos preparados para afrontar lo
que se nos viene encima?
Repasemos primero, a grandes rasgos:
CATÁLOGO DE APOCALIPSIS:
Según Zecharia Sitchin, un
estudioso de las lenguas y civilizaciones del Creciente Fértil, que estudió
multitud de tablillas sumerias, la raza humana no sería más que una creación de
los Anunnaki, unos extraterrestres originarios del planeta Nibiru. Este buen
hombre de Sitchin, sostenía que probablemente los Anunnaki son unos anfibios o
reptiles humanoides que dejaron su huella genética en los simios terrestres
cuando llegaron a nuestro planeta, como forma de obtener esclavos, lo que hoy
en día se conoce como mano de obra barata, para la explotación minera (a cambio
nos enseñaron la agricultura y nos civilizaron).
Todo esto entronca con la idea de la existencia
de los reptilianos, una
élite no humana que nos gobierna y controla desde hace milenios, y que sigue
dominándonos desde otro plano de existencia (siempre según Sitchin).
¿Y qué tiene que ver esto con las profecías del
Fin del Mundo o Cambio de Era?
Pues los seguidores de esta corriente afirman que
el planeta Nibiru está a punto de volver y eso provocará modificaciones
importantes en la Tierra. Y además podíamos añadir a esto la creencia de que
nuestro planeta es una puerta interdimensional muy importante, motivo de
disputas entre los Anunnakis (los malos que nos crearon pero nos tienen
esclavizados) y los seres de la Luz (otros extraterrestres de no sé qué
Confederación de Planetas) que serían los buenos de esta historia
intergaláctica e interdimensional.
¿Y si Obama fuera una lagartija igual de mala que Diana la de V?
Realmente, hay más facciones, y si investigáis en
la red no os quedará muy claro quién es quién y qué quieren de nosotros. Los
defensores de estas conspiraciones argumentan que son los mismos reptilianos, o
Anunnaki, o Illuminati, (según qué teoría defiendan) los que crean la confusión
a propósito.
Y nosotros en medio de este berenjenal donde la
Humanidad está a punto de perder la oportunidad de viajar a otro plano de
existencia, y elevarse a una nueva conciencia (conozco gente que se va a pasar
las Navidades meditando en los Pirineos para dar ese salto existencial,
mientras que el resto de mortales ignorantes nos quedaremos anclados en una realidad
que no es más que un callejón sin salida).
Por ahora, esto es lo mejor que nos puede pasar,
quedarnos como estamos, (in)felices en nuestra ignorancia.
EL CAMBIO
DE CONCIENCIA: ¿ZOMBIS?
Pero también he llegado a escuchar que ese
inmovilismo existencial en el que nos vamos a ver sumidos a partir del 21 de
diciembre nos va a transformar en una especie de zombis emocionales si no
conseguimos evolucionar. Quizá sea éste el motivo del éxito de la temática
zombi actualmente (en la FNAC he llegado a ver una sección enterita dedicada a
este fenómeno). Si en EEUU han creado la serie The walkind Dead a partir del cómic homónimo y está a punto de
llegarnos de mano de Brad Pitt la adaptación de la novela Guerra Mundial Z (Max Brooks), aquí en España tampoco les vamos a
la zaga con las novelas de Manuel Loureiro: ApocalipsisZ.
Pero, ¿qué clase de zombis están por venir?
¿Serían los zombis de George A. Romero y su Noche de los muertos vivientes? Esos
seres más o menos torpes resucitados en The
Walking Dead que se extienden, a pesar de su lentitud, como un virus que va
infectando a toda la Humanidad.
¿O serían unos zombis más rumbosos como los de 28 días después, o Soy Leyenda? Por cierto, los zombis de esta película en la novela
original no eran zombis sino vampiros, mientras que en la adaptación de 1971 (El último hombre vivo con el viril
Charlton Heston) son una panda de fanáticos supervivientes a un holocausto
bacteriológico entre la URSS y China, fotosensibles y enemigos de la ciencia y
la tecnología.
En cualquier caso, todas estas obras hablan del
individuo que ha de sobrevivir contra una extinción de la sociedad, moviéndose
en un ambiente postapocalíptico hostil donde lo más primario salta a cada
segundo. ¿Nos suena de algo?
LA
INVASIÓN EXTRATERRESTRE
Otra posibilidad, también relacionada con el tema
de Nibiru, es la de que los extraterrestres se den una vuelta por el barrio, y
no vengan precisamente a pedirnos sal para las lentejas. Ése es al menos el
miedo de Stephen Hawking.
Desde luego, si existe una raza alienígena capaz
de viajar por el espacio como quien va al pueblo a ver a su tía Obdulia, su
comprensión de la Física, su evolución tecnológica y su sistema social estarán
a un millón de vueltas de nuestras capacidades. Si no vienen en son de paz,
directamente no tendremos nada que hacer contra ellos. Series y películas como V, Falling
skies, Independece Day,… por
citar las más recientes, resultan irrisorias en sus planteamientos. O pensemos
en La guerra de los Mundos de Herbert
G. Wells o en Señales de M. Night
Shyamalan (¿de verdad unos tíos que recorren media galaxia para venir a darnos
por el culo no van a tener la precaución antes de vacunarse contra nuestros
virus o darse cuenta de que si no les mola el agua no deberían asomarse a este
minúsculo punto
azul pálido?)
Hay quienes defienden que una sociedad
infinitamente más evolucionada que nosotros habrá tenido tiempo de dejarse
atrás esas tonterías que manejamos en este planeta de guerras, conflictos
comerciales y consumo irracional de los recursos; y que por tanto un encuentro
con otros seres del Universo vendrá a traernos armonía, paz y tecnología que
acabará con todos nuestros males.
Pero… ¿Y si la galaxia es como una jungla con
millones de árboles en la que no sólo hay pacíficos monitos que saltan alegres
de rama en rama sino que la pueblan terribles fieras que a la que te despistas
te dan un buen bocado? Quizá es mejor pasar desapercibidos y no enviar naves y
emisiones de radio fuera del Sistema Solar invitando al vecindario a venir a
comer a casa. Y es que, como dice Juan José Gómez Cadenas en este interesante
artículo en el que nos explica las probabilidades de escuchar por radio
a otras civilizaciones, “quizá
haya buenas razones para ser discretos y no llamar la atención, si imaginamos
que la galaxia no tiene por qué ser diferente de una selva primordial, con
depredadores y presas…”
LOS
CATACLISMOS
Este apartado presenta un catálogo más amplio que
el de combinados de ginebra y tónica de cualquier lounge modernillo:
·
Desde el
espacio nos pueden caer meteoritos, como el que se cargó a los dinosaurios.
Puede ser, efectivamente un
pedrusco gordo (o impactos múltiples, no está del todo claro) como el que se
cargó decenas de millones de años de evolución de los dinosaurios (os
recuerdo que nosotros como especie apenas llevamos poco más de un millón de
años), o algo más manejable, como los 80 m de diámetro del supuesto cometa del evento de Tunguska
(Siberia), que derribó árboles en un área equivalente a la provincia de
Vizcaya y tiró al suelo a gente que se encontraba a 400 km de distancia.
Incluso el agente Fox Mulder de la serie Expediente
X estuvo por allí buscando extraterrestres.
Cosas como las que se ven en Armageddon o Deep Impact sería lo menos grave que nos ocurriría, el posible
invierno y oscuridad que vendrían a continuación serían muy difíciles de
gestionar. El caso extremo sería el que describe Lars Von Trier en su insufrible
Melancolía, donde un planeta aún
mayor que el nuestro (¿Nibiru?) nos hace una carambola espacial.
·
También
desde el espacio, el sol puede sufrir una erupción violenta, como la fulguración
de Carrington de 1859.
Si ocurre algo como lo de 1859,
nos podemos dar por jodidos si no sabemos sobrevivir en una sociedad
preindustrial. Una gran tormenta solar puede cargarse prácticamente toda
nuestra tecnología eléctrica y electrónica, achicharrando los núcleos
magnéticos y bobinas de cobre de motores, turbinas y alternadores eléctricos.
De acuerdo que es lo menos malo que podría pasar, y que quizá en unos pocos
meses se podrían ir restableciendo ciertos servicios, pero sin capacidad para
producir energía eléctrica deberíamos sacar las máquinas de vapor de los museos
para volver a empezar de nuevo. Mientras tanto, ni constancia de nuestro dinero
en los bancos, nulidad logística (es decir, distribución de alimentos y
productos dependiendo de la fuerza humana o animal), bombas para llevar el agua
y el gas hasta nuestras casas fuera de combate… Una persona sana en un
pueblecillo de un ámbito rural podría sobrevivir sin internet, pero las grandes
ciudades de los entornos metropolitanos súper urbanizados serían
ingestionables. Id sacando las candelas y lámparas de aceite para pasar frías veladas de invierno en
vuestras casas oscuras y congeladas.
Para vuestra tranquilidad, es
posible que este fenómeno sólo afectara con total virulencia al hemisferio en
el que fuera verano en ese momento (así que este 21 de diciembre podemos
respirar aún un poco tranquilos).
Además, me gustaría pensar que
los gobiernos y ejércitos tienen planes de contingencia para funcionar “en modo
a prueba de fallos” en caso de que algo así pasara (llamadme voluntarista…).
·
Desde el
centro de la Tierra nos pueden llegar cataclismos geológicos.
Imagino que sabréis que
nuestro planeta tiene fecha de caducidad aunque el Fin del Mundo no llegue
pasado mañana. Y si no lo sabíais os cuento que esto ocurrirá bien dentro de
5.000 millones de años cuando el Sol, en sus últimos estertores, crezca
tragándose la Tierra, o bien cuando el núcleo de nuestro planeta se pare.
Cuando esto ocurra no tendremos el escudo electromagnético que nos protege de
las radiaciones solares, a nosotros y a nuestra atmósfera. Además, la dinámica
tectónica que mueve los continentes y crea nuevas cordilleras, sacando
nutrientes desde el interior de la Tierra y distribuyéndolos gracias a los ríos
que desde esas montañas bajan a las llanuras, se detendrá. Y en unos cuantos
millones de años este planeta estará tan muerto como Marte o la Luna. Para
entonces no estaremos aquí. Pero, ¿y si ocurre antes? El otro día vi una
película que hablaba de este tema (El
núcleo), era tremendamente mala…
Pero no sólo eso. Mientras
sigamos teniendo actividad tectónica, una serie de grandes terremotos y
erupciones volcánicas podrían producir desde largos y oscuros inviernos que
paren el ciclo biológico hasta variaciones drásticas en el eje de rotación de
la Tierra, con aceleración del cambio climático y la consecuente afección a la
agricultura.
·
Nosotros
mismos nos guisamos nuestra fiesta de exterminio.
Elijan ustedes el menú:
§ Guerra
total (con armas biológicas, nucleares, químicas,…)
§ Accidente
nuclear (Fukushima y Chernobyl eran muestrarios de todo el horror que podemos
generar)
§ Accidente
en investigación médica o biológica al estilo del argumento de 28 días después.
§ Ascensión
de régimen fascista (o no) que controle y exprima a una población cada vez más
aborregada e inculta.
¿Y CÓMO SOBREVIVIMOS?
Lo más importante es tener claro dónde
refugiarse. Hay que buscar un sitio seguro frente a la posible amenaza, y por
lugar seguro también hay que entender "sitio en el que pasar desapercibido". Un lugar seguro y que ofrezca
posibilidades de suministro de alimentos y agua.
Personalmente creo que las montañas cerca del mar son el mejor lugar. ¿Por qué?
·
En la montaña es más fácil esconderse de zombis,
extraterrestres, agentes del Gobierno, ejércitos invasores y virus que se
propaguen en las zonas más pobladas.
·
Además, a poco que busquemos encontraremos zonas
aterrazadas donde cultivar algo y algún riachuelo del que podamos obtener agua.
·
Agua, eso es muy importante, por eso las
montañas deberían estar cerca del mar, son los lugares donde más llueve, algo
necesario para rellenar aljibes, alimentar ríos o regar nuestros cultivos.
·
En la montaña, también puedes diversificar tu
dieta siendo recolector y cazador, mejor que en llanuras áridas, pobladas o sin
lugar donde refugiarse.
·
Como dije en el primer punto, en las montañas es
más fácil esconderse, pero también es más sencillo protegerse en cuevas y
bosques frente a fenómenos cataclísmicos o geológicos, además de estar alejados
de tsunamis (por si acaso súbete a más de 700 m de altura) y de meteoritos
según la ladera de la montaña que te pille.
Pero OJO, buscad montañas viejas que estén alejadas de zonas activas sísmicamente, así también os protegéis del riesgo geológico. En España, si el Fin del Mundo viene desde el centro de la Tierra, alejaos especialmente del sur y sureste (desde Granada al sur de Alicante), del Pirineo de Girona, el de Huesca, y en mucha menor medida, del macizo galaico.
Y una vez que nos hemos instalado en nuestra
cueva o casa en las montañas, ¿qué? Pues si no habéis aprendido a cazar, a
sembrar, a diferenciar las bayas y setas comestibles, a reparar un motor eléctrico,…
poco tiempo os queda, creo que no llegamos.
Tampoco estaría de más, en previsión de pulsos
electromagnéticos (de origen solar o alienígena) tener una buena jaula
de Faraday en la que meter pequeños electrodomésticos que funcionen con
pilas o baterías. Y si tenéis más sitio, pues incluso un generador eléctrico
diésel, cable, cargadores y regletas, además del alternador de vuestro coche
(si éste no tiene electrónica, es decir, ha de tener más de 20 años, además diésel).
Además, habría que saber defenderse de posibles incursiones (zombis, extraterrestres, bandidos, organizaciones totalitarias,…). Por partes:
De los
zombis y otros asaltantes de este planeta
Recomiendo la lectura de Zombi: Guía de supervivencia de Max Brooks, del que ya hemos
comentado un libro suyo más arriba. Asalta un museo militar o una carnicería y
hazte con machetes, espadas, hachas,… Sin duda enfrentarse cuerpo a cuerpo
contra tu atacante requiere más fuerza, habilidad, determinación y sangre fría
que hacerlo con un arma de fuego, pero es más silencioso (y recuerdo que hay
que pasar desapercibido). Una opción intermedia es un arco o una ballesta, pero
asegúrate de tener flechas suficientes, igual que con las armas de fuego
(deberás aprovisionarte de munición).
De
extraterrestres
Lo mejor es que no te vean, y punto. Porque si
hay alguien ahí fuera y han sido capaces de llegar aquí y encontrarte, seguro que
serán mucho más avanzados, listos y hábiles que tú. Quizá podrías llegar a
herir a alguno o pegarle cualquier cosa estornudándole a la cara (o lo que tenga) pero de
poco serviría. Se plantea una difícil elección: resistir y morir de pie (o
escondido) o vivir servilmente de rodillas (si es que lo permiten).
Pero vamos, que toda esta película que nos
estamos montando, sabemos que no sucederá, al menos el 21 de diciembre de 2012.
Ahí tenemos a Marty McFly para demostrarlo.
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