domingo, 28 de febrero de 2016

Excusas

Cada vez que le hablaba del último sobre rechazado, de los problemas con el franqueo postal, de la invalidez de los sellos nacionales más allá de nuestras fronteras, del conflicto en el proceso de armonización de los sistemas de Correos, de la inoperancia de los empleados del servicio postal, que no siempre encontraban Laponia o de cómo la nieve dificultaba las comunicaciones en aquellas latitudes; mi hijo, con más resignación que convencimiento, aceptaba mi esforzada inventiva y el triste pijama que mi sueldo se podía permitir y se iba a la cama esperando que la próxima Navidad el sobre con sus ilusiones por fin llegara al Círculo Polar.

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