martes, 21 de octubre de 2014

Más allá del Sótano: ROMANI ITE DOMUM! (por el Camino de los Reyes)

Quizá sea el grafiti más famoso del a historia del cine:



Un grafiti, que puede ser expresión cultural, política, reclamo publicitario o, según algunos (a veces los propios ejecutantes del mismo), una gamberrada.

De eso es de lo que se habló el jueves 16 de octubre en El Sótano de Radio Jove Elx con la visita de Juan José Morillas, artista plástico ilicitano que desde el descubrimiento en su niñez de las cajas de Plastidecor de 36 colores, no ha parado de decorar y ponerle color a la vida a través de sus lienzos y formándose en el arte que más le gustaba el grafiti.

Este artista presenta ahora su última exposición 80´s & 90´s hall of fame, una exposición realizada con aerosoles, láminas como soporte que aúnan el grafiti con personajes característicos del cine de la época en la que esta técnica empezó a tomar forma en España.

Y al hilo del vídeo que los chicos de El Sótano montaron y colgaron en su muro de Facebook a propósito de la famosa escena de los Monty Python, para ir anunciando quién venía esta semana, aprovecho para hablar un poco de una ruta que pasaba por el lugar donde se desarrolla la acción de esa gran película que es La vida de Brian.

En La vida de Brian, que recomiendo desde ya a quienes no la hayan visto, los geniales cómicos británicos Monty Python nos cuentan las andanzas de Brian, un personaje de Palestina cuyos pasos corren paralelos a los de Jesús de Nazaret, el fundador del cristianismo.

¿Y por qué nace el cristianismo precisamente en esta región para luego extenderse por todo el planeta? ¿Qué hacían allí los romanos contra los que Brian se dedica a hacer grafitis en la pared del palacio del gobernador romano, pintándoles la versión judía del Yanquees go home: Romani ite domum?

Está todo muy relacionado con la ruta de la que os quiero contar algo:





EL CAMINO DE LOS REYES
Es quizá la primera gran ruta comercial de la Antigüedad, la que unía los dos grandes centros del nacimiento de la civilización occidental: el Nilo y el Éufrates, Egipto y Mesopotamia.

Siempre se dice que nuestra civilización y la democracia nacieron con los griegos, pero antes de que estos pusieran en funcionamiento su sistema democrático en las polis, fueron los egipcios y los mesopotámicos (sumerios y babilonios) los que asentaron la cultura urbana y un sistema de gobierno más complejo que las primeras aldeas. Culturas urbanas que fueron influencia a las polis griegas, de las que ahora nos consideramos herederos.

Y ahí, justo en medio del Creciente Fértil, la región que une la cuenca del Nilo con la del Tigris y el Éufrates, es donde está Palestina, un cruce de caminos, de culturas, de ideas, de mercancías, de muerte y de vida.

Uniendo los extremos de este Creciente Fértil, el correr de los siglos y el desarrollo cada vez más complejo de las relaciones entre las diferentes gentes que lo poblaron terminó por trazar un recorrido que unía los corazones de las primeras potencias civilizadoras de occidente. Un camino que durante siglos (desde el XIV antes de nuestra Era hasta el XVI de la nuestra, treinta siglos... Ahí lo llevas) fue transitado por soldados y súbditos de diferentes imperios, incluyendo el romano (cuyos gobernantes reconstruyeron el camino con el nombre de Via Traiana Nova).

Evidentemente los romanos estaban allí debido a la importancia estratégica de Palestina (por el mismo motivo por el que nos sigue interesando hoy en día lo que pasa allí), al igual que las diferentes tribus hebreas se habían asentado allí mucho tiempo antes, sufriendo el acoso de los imperios que les rodeaban y que ansiaban controlar esos valles fértiles y bien comunicados. Era una tierra prometida que aseguraba el control de las rutas de comercio, pero por eso mismo era un lugar muy goloso y por ellos diferentes imperios, pueblos y naciones rivalizaron por controlar la zona. Esto propició que la región fuera escenario de las vidas de gobernadores, soldados y comerciantes que desde lugares lejanos trajeron a sus dioses y concepciones de la vida.

Por ello el Camino de los Reyes se convirtió en el centro del mundo civilizado occidental (China e India, aunque ya se atisbaran rutas comerciales con ellos, aún quedaban muy lejos), siendo un camino mencionado en la Biblia.

Hablando de la  Biblia, tampoco era extraño que el cristianismo naciera en algún punto del Camino de los Reyes. Aquí vivían los judíos, cuyo vengativo dios Yahveh hereda parte de la crueldad de los dioses de los pueblos sumerios que arrasaron y conquistaron esta tierra de palestina en varias ocasiones. Y el cristianismo surge comos secta del judaísmo en un momento en el que éstos esperaban con más ansias la llegada del Mesías que les liberase del yugo romano. Sin embargo quien llegó desde Egipto fue el hijo de un carpintero predicando un mensaje de liberación muy diferente, diciendo que Dios era amor y con un mensaje mucho más tolerante e inclusivo que el de las élites judías, que por considerarse el pueblo elegido de Dios se guardaba muy mucho de aceptar nuevos miembros en su comunidad (su religión se transmite por vía materna). Jesús, un judío de Nazaret afirma que los gentiles (griegos, romanos y otros miembros de pueblos no judíos) se pueden bautizar y formar parte de esta nueva iglesia, independientemente de su nacionalidad y su lengua.

De esta forma, se podría afirmar que el cristianismo no deja de ser en cierto modo una especie de integración cultural, una visión imperial más propia de los invasores, evolución de una religión monoteísta rodeada de religiones politeístas más inclusivas y menos estrictas (hay quienes entre judíos y musulmanes afirman que lo de la Santísima Trinidad es una forma de politeísmo importada desde Egipto).


Jesús de Nazaret reduciendo el números de miembros de la ONCE

Estas circunstancias fueron en parte posibles gracias precisamente a la existencia del Camino de los Reyes. Por eso tenemos en esta región coincidiendo en el tiempo a Brian luchando contra los romanos en ese proceso de liberación nacional de Judea y a Jesús luchando por la liberación de los hombres en un sentido menos terrenal y político (a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César...).

Con el tiempo esta ruta terminó por ser también un recorrido usado para las grandes peregrinaciones religiosas, tanto cristianas hacia los lugares donde predicó su fundador, como de musulmanes turcos camino de la Meca.


El Camino de los Reyes es por tanto una herida abierta en pleno centro de la Historia y no sólo en la corteza terrestre (el golfo de Áqaba, el río Jordán, el mar Muerto, el mar de Galilea -o lago Tiberíades- forman parte de esa ruta y además se encuentran en el fonde de la zona de fractura entre las placas tectónicas europea y arábiga). Circunstancias éstas que han dado lugar a sitios míticos y de gran belleza, desde el Delta del Nilo hasta Damasco pasando por la península del Sinaí, donde se juntan África y Asia, llegando a continuación a Áqaba, donde Lawrence de Arabia derrotó al imperio otomano, convirtiendo así la expresión playas de Áqaba en sinónimo de sueño de liberación.



Por cierto, esta escena de las playas de Áqaba se rodó en Almería, al igual que esa otra de Indiana Jones y la última cruzada donde Sean Connery espanta a las gaviotas con un paraguas inspirado por Alejandro Magno. Casualmente esta última película tiene también mucho que ver con la historia de Jesús en Oriente Medio, terminando en la espectacular Petra, ciudad que floreció en medio del Camino de los Reyes de mano de los nabateos.




Hablando de cruzados, también tenemos en esta zona la formidable fortaleza cruzada de AlKarak en la actual Jordania (buscadla, es uno de los tres castillos más grandes de la región).

Desde aquí, el Camino de los Reyes sigue hacia el norte por el mar Muerto y el río Jordán para llegar a continuación a Damasco, el centro de aquel gran Califato que ahora esos desgraciados del Estado Islámico quieren volver a imponer en pleno siglo XXI... Mejor no hablar de hijos de puta. Si seguimos por el Camino de los Reyes hacia el este, llegaremos al Bagdag de las Mil y una noches.

Sin duda, esta ruta que nació hace treinta y cuatro siglos, sigue estando en el dentro del huracán: Palestina, Líbano, Siria e Iraq, siguen pasando muchas cosas por allí, ¿verdad?

Esperemos que algún día la situación se calme, y vuelva a ser un camino de encuentro por el que podamos transitar y descubrir toda la belleza que se esconde bajo tantísimos siglos de historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario