jueves, 24 de noviembre de 2016

SÚPERFAN

Espero que puedas perdonarme, siempre he admirado -casi envidiado- tus virtudes. El perdón es cualidad de espíritus elevados, de gente como tú: divina, etérea, por encima del bien y del mal, en el sentido bueno de la expresión, ya me comprendes.

Quisiera ser como tú, ¿sabes? No, no llores, lo digo en serio.


Qué suerte haberte encontrado sola para contarte todo esto que me revuelve las tripas. La suerte… Paradójico que esté sólo a una letra de la muerte, ¿verdad? Pero tranquila, no me perdones si no quieres. Total, para qué serviría el perdón de un nuevo mito. Anda, hazlo fácil, cierra los ojos.

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