lunes, 4 de mayo de 2020

(OTRO) DIARIO PARA UN CONFINAMIENTO POR PANDEMIA GLOBAL: Aún no.


LUNES 4 DE MAYO


¡Que la fuerza os acompañe! Hoy es el día de Star Wars (May the 4th be with you), y he salido a dar mi paseo vespertino con mi camiseta de Star Wars.

Más o menos eso es lo que he hecho hoy además de preparar la sección de radio de mañana y pedir cita en la peluquería. ¡Todo el día llamando y hasta las 8 de la tarde no me han respondido! Y hasta el miércoles de la semana que viene no tienen libre.

Al salir de casa, tanto ayer como hoy, para dar el paseo, me he dado cuenta de que llevaba mes y medio sin usar colonia. Desodorante sí me suelo poner al salir de la ducha, pero colonia no estaba usando ni para ir al súper.

Hoy lunes el ambiente ha sido más relajado que durante el fin de semana. Seguía habiendo bastante gente en las calles pero no tanta, y algunos corrillos, espontáneos o no, de amigos y familiares que se encontraban en alguna esquina y que como en el patio de la cárcel hablaban de su día a día en la celda y de los planes para cuando salgan del trullo… (esta comparación gustará a los voxitas y demás conspiranoicos tonticos disfrazados de amantes de la libertad –la que les interesa, claro–). Luego estaban también los que pasan bajo el balcón de algún conocido y se quedan un rato charlando, haciendo públicas las aventurillas y anécdotas familiares del confinamiento.



Es una sensación rara la que se respira en la ciudad: las temperaturas tan agradables han facilitado que las ventanas estén abiertas, que ya no solo se asomen los habitantes de las casas a la calle, sino que los transeúntes casi nos podemos asomar a trocitos de vivienda ajena, como si tantos días de privacidad forzada descorrieran el velo del cuidado por la intimidad.

También era raro pasear por la Latina y no poder meterse en alguno de sus bares a hacer una parada técnica para tomar una caña, el cerebro me cortocircuitaba porque procesaba los estímulos que le llegaban y emitiría la orden de entrar a un bar, pero hoy no… Aún no…

A su vez también me llaman la atención las caras de los paseantes, que redescubren la ciudad como si fuera otra ciudad distinta a la que dejamos cuando nos encerramos en casa, como si después de un desastre natural o un bombardeo saliéramos con cierto morbo a ver cómo han quedado las calles Al menos con esas sensaciones me he estado moviendo por Madrid estos tres días…

¿Será esta la nueva normalidad?



David 47 – Nocilla 0



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