LUNES 4 DE MAYO
¡Que la fuerza os acompañe! Hoy
es el día de Star Wars (May the 4th
be with you), y he salido a dar mi paseo vespertino con mi camiseta de Star Wars.
Más o menos eso es lo que he
hecho hoy además de preparar la sección de radio de mañana y pedir cita en la
peluquería. ¡Todo el día llamando y hasta las 8 de la tarde no me han
respondido! Y hasta el miércoles de la semana que viene no tienen libre.
Al salir de casa, tanto ayer como
hoy, para dar el paseo, me he dado cuenta de que llevaba mes y medio sin usar colonia.
Desodorante sí me suelo poner al salir de la ducha, pero colonia no estaba
usando ni para ir al súper.
Hoy lunes el ambiente ha sido más
relajado que durante el fin de semana. Seguía habiendo bastante gente en las
calles pero no tanta, y algunos corrillos, espontáneos o no, de amigos y familiares
que se encontraban en alguna esquina y que como en el patio de la cárcel
hablaban de su día a día en la celda y de los planes para cuando salgan del
trullo… (esta comparación gustará a los voxitas
y demás conspiranoicos tonticos disfrazados de amantes de la libertad –la que
les interesa, claro–). Luego estaban también los que pasan bajo el balcón de
algún conocido y se quedan un rato charlando, haciendo públicas las
aventurillas y anécdotas familiares del confinamiento.
Es una sensación rara la que se
respira en la ciudad: las temperaturas tan agradables han facilitado que las
ventanas estén abiertas, que ya no solo se asomen los habitantes de las casas a
la calle, sino que los transeúntes casi nos podemos asomar a trocitos de vivienda
ajena, como si tantos días de privacidad forzada descorrieran el velo del
cuidado por la intimidad.
También era raro pasear por la Latina
y no poder meterse en alguno de sus bares a hacer una parada técnica para tomar
una caña, el cerebro me cortocircuitaba porque procesaba los estímulos que le
llegaban y emitiría la orden de entrar a un bar, pero hoy no… Aún no…
A su vez también me llaman la
atención las caras de los paseantes, que redescubren la ciudad como si fuera otra
ciudad distinta a la que dejamos cuando nos encerramos en casa, como si después
de un desastre natural o un bombardeo saliéramos con cierto morbo a ver cómo
han quedado las calles Al menos con esas sensaciones me he estado moviendo por
Madrid estos tres días…
¿Será esta la nueva normalidad?
David 47 – Nocilla 0
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