SÁBADO 16 Y DOMINGO 17
DE MAYO
Ya dije en alguna entrada
anterior que la ignorancia es atrevida, tanto que no duda en exponer sus carencias
en, por ejemplo, comprensión lectora. O quizá sea una combinación con el sesgo
que nos hace interpretar algo según lo que estemos condicionados previamente de
acuerdo a nuestros prejuicios. Y es ahí donde nos retratamos en las redes. Ya
lo he dicho en alguna ocasión, si no tienes nada que aportar la mejor forma para
que no se note que eres tonto es tener la boca cerrada. Ahora, si eres capaz de
saber que no tienes la verdad (como nadie), lo que hay que hacer si quieres dejar
de ser tonto es preguntar y cuestionarte a ti mismo. El problema es que esto
último no es tan fácil cuando la ignorancia no es consciente de sí misma.
Reflexiones a las que he llegado
en estos dos meses de escritura casi diaria de cómo he ido viviendo y pensando
esto que nos está pasando. Pero hoy es el último día y no quiero despedirme con
estas tontás.
Mañana lunes 18 de mayo medio
país da un paso más en su desconfinamiento. El buen tiempo invitará a las
gentes a salir a la calle (siempre con prudencia, por favor, no vayamos a cagarla
ahora), y ya poco interesarán las evoluciones de un pringado que escribe a
diario su experiencia para una media de 50 visitas diarias a cada una de las
entradas de este blog. Así que cierro el diario, pero no el blog, que es más
general y en el que seguiré publicando relatos y cualquier otra cosa de tanto en
tanto.
Ahora sí, me centraré en los
contenidos del negocio que estoy preparando para cuando consiga escapar de
Madrid (he escuchado hoy en la radio noticias que quieren ser optimistas sobre
el campo al que me pretendo dedicar) y me pondré en serio con la segunda parte
de mi novela (A Macondo se va en línea recta,
compradla, es por una buena causa, yo no me llevo nada pero sí las asociaciones
de padres de niños con cáncer ASION y ASPANION).
¿Qué puedo contar de este fin de
semana último? La verdad es que nada de interés general, por ello voy cerrando
este diario. Ha sido una sorpresa agradable saber que puedo pasar los días en
casa sin que se me caigan las cuatro paredes encima, ha sido aún más agradable saber
que hay amigos dispuestos a charlar contigo, a compartir vermú y/o cerveza, y
sobre todo sus inquietudes, sus buenos ratos y sus malos momentos en medio de
esta incertidumbre; todo gracias a las tecnologías de la comunicación. Ha sido
bonito ver que las familias pueden seguir unidas en esta distancia; y ha sido
aún más agradable, incluso placentero, saber que estas tecnologías me han
permitido conocer en estas circunstancias tan excepcionales a personas aún más
excepcionales a las que necesitaré conocer en la realidad cuando todo pase. Espero
agradecer en persona la labor desarrollada por la enfermera desconocida, que me
contó de primera mano el horror al que se enfrentó; y especialmente espero a mi
súper heroína particular, al Batman de quien hablé en algún momento, que desde
una distancia de 350 km de aquí, me ha llevado de paseo a la sierra, ha cenado
y comido conmigo en varias ocasiones, me ha enviado sus textos, ha leído alguno
de los míos, y ha compartido algunos de sus mejores ratos. Este no es el final
de un diario, es el principio de algo mejor.
¡Suerte!
Y además he ido mejorando mis arroces. Si es domingo toca arroz, da igual que sea el fin del mundo.
David 60 – Nocilla 0
FIN.
Gracias por todos esos días escribiendo tu diario. Me ha gustado poder compartir tu día a día, aunque fuera en la distancia
ResponderEliminarGracias a ti por tu colaboración en los directos de Instagram. Como decían en La Bola de Cristal: "Solo no, con amigos sí".
EliminarIgualmente, gracias por leerme, seas quien seas :-)
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