¡Sonreíd! (1)
Rebeca Navarro y servidor de ustedes estaremos cada dos semanas con Ester Martínez y Emilio Poveda en su programa de Radio Jove Elx: El Sótano (107.5 FM) con una sección llamada Más allá del sótano.
AQUÍ lo podéis escuchar
En nuestra primera intervención, y aprovechando que Ester y Emilio tuvieron como invitados a la gente de AFELX: la Asociación de artes audiovisuales y fotográficas de Elche, hablando de fotografía; y ya que los responsables de esta sección somos personas muy fotogénicas (algunas más que otros), nos ha gustado el tema y vamos a hablaros un poco de la relación entre la fotografía, la literatura y el cine.
Aparte de para salir fatal en las fotos de carnet, ¿qué más se puede hacer con las fotografías? Pues cosas tan variopintas como:
Qué guapos y sofisticados ello. Lástima que la pose sea innecesaria
porque supuestamente no salen en las fotografías
- Saber si has estado el fin de semana con vampiros: Si el domingo, después de estar el finde en el campo, das un repaso a las fotos que te hayas hecho con esa gente tan rara que conociste en el bosque; descubres que estás solo en las fotografías... Una de dos, o eran vampiros o ibas muy perjudicado.
- Una buena fotografía también puede servir para obtener más contactos en las páginas de ligoteo (en serio, es lo que tuve que hacer para tener mobia). Respecto a esto recomiendo leer el sesudo análisis hecho en el imprescindible blog de Vicisitud y sordidez.
- Y por último, en el supuesto de que viajaras en el tiempo, con una fotografía puedes saber si estás alterando el continuo espacio temporal. De eso sabe algo Marty McFly en Regreso al futuro.
Un desmejorado Marty McFly llegando tarde
Sí, las fotografías han dado mucho juego en las
películas.
Y tanto, ahí van unos ejemplos (tomados de esta web):
· Blow up (1966) de Antonioni
o Antonioni se basa en un cuento de Julio Cortázar, en el que un famoso fotógrafo londinense realiza unas fotografías
a una pareja en el parque. Éstos lo descubren y, tras la
insistencia de la chica por recuperar los negativos, el fotógrafo empieza a
sospechar. Tras ampliar y ampliar las copias
descubre una forma irreconocible entre unos matorrales. Una película que nos
plantea hasta qué punto lo que aparece en una fotografía puede utilizarse como
prueba de la verdad. Para algunos hipnótica, para otros insoportable. Ganó la Palma de Oro de Cannes ¿Quién se atreve?
El Londres Ye-yé en apogeo
·
Smoke (1994), de Wayne Wang, con Harvey Keitel.
o
La historia del propietario de un estanco en
Brooklin, que cada día a las ocho en punto de la mañana está en su
esquina, con su cámara sobre el trípode, listo para tomar una fotografía con el
mismo encuadre del mimo rincón de Nueva York. Durante catorce años ha estado
tomando esta fotografía y formándo una gran colección de escenas que ocurren a
diario en un mismo lugar y a la misma hora. La película narra la hitoria de
cómo este estanquero consiguió su cámara fotográfica, la clásica Canon AE-1. Carlos Boyero, un críticode cine a tener en cuenta dice "Yo la reviso con frecuencia. Ayuda a sobrevivir"
· El ojo público (1992) de Howard Franklin, con Joe Pesci
o
El Gran Benzyni, un reportero gráfico en Nueva York, personaje
basado en Weegee (Arthur Felling), es el mejor fotoperiodista de escenas de
asesinatos de esa época en la Gran Manzana. Weegee es el mejor fotógrafo del
crimen. Poeta del dolor y la angustia de la urbe moderna, que no tiene ningún
reparo en modificar elementos en la escena del crimen antes de que llegue la
policía, incluso pedirle a policías que le pongan el sombrero al muerto (la
foto de un muerto con sombrero vale unos dólares más que si no lleva sombrero).
o
Obsesionado por lograr la publicación de su obra y acostumbrado
al trato personal tanto con la policía como con la mafia, se ve involucrado en
una historia entre mafiosos en la que, cómo no, aprovechará para tomar sus
mejores fotografías.
· Retrato de una obsesión (2006), de Steven Shainberg, con Nicole
Kidman y Robert Downey Jr.
o
Narra la historia personal de la fotógrafa estadounidense Diane
Arbus, cuyos retratos consiguieron sobresaltar la sociedad americana de los
años sesenta.
· The Bangbang Club (2011) Steven Silver
o
La historia de cuatro reporteros de guerra reales (Kevin Carter,
Greg Marinovich, Ken Oosterbroek y Joao Silva) que nos han hecho llegar
multitud de imágenes impactantes sobre las crueles historias que se han vivido
y siguen viviéndose en África. Esta película narra las experiencias reales de
estos cuatro reporteros en sus últimos días en Sudáfrica.
Más cercana a la historia de estos reporteros, os recomiendo Territorio Comanche de Pérez Reverte.
Más cercana a la historia de estos reporteros, os recomiendo Territorio Comanche de Pérez Reverte.
Pero, aunque una imagen vale más que mil
palabras, este blog quiere tener una vocación literaria, así que hemos de hablar también de la palabra escrita,
así que aquí van algunos libros literarias en los que la pintura y las fotografías son un elemento esencial de la obra. Y eso es lo que ha preparado Biorrebeca (a excepción de El Pintor de batallas) para este post:
En esta primera visita más allá del sótano hemos
querido explotar un universo literario que daría para hablar de multitud de
autores y sus obras, porque la novela, biográfica o no, que explora las vidas
de los grandes genios de la pintura, es ya un género en sí. En nuestra
búsqueda, hemos encontrado novelas que, a pesar de guardar un cierto parecido
en lo que al uso del arte pictórico se refiere, son muy diferentes entre sí y
atestiguan la infinita variedad de obras que pueden surgir de la mente de los
escritores cuando sus personajes son también artistas, pero del lienzo.
No he podido evitar incluir en esta selección el que
creo el mejor libro de los recomendados hoy (aunque esta es una impresión
siempre subjetiva), La Obra,
de Emile Zola quien, siendo
amigo de la infancia del pintor impresionista Paul Cezanne, es el mejor
testimonio naturalista de la corriente artística de la época, porque lo es
también de todos los cambios que sufrió la sociedad de la segunda mitad del
siglo XIX, especialmente en lo que a lucha y conquista social de refiere.
Émile Zola, autor del J'accuse, retratado por Manet
Nuestra tercera recomendación, La
Obra maestra desconocida, sale de la pluma de Honore Balzac para
explorar en su plenitud la senescencia física y artística de un pintor,
Frenhofer, que conoce a su musa y se enamora perdidamente, creyendo así que ha
encontrado una nueva razón para brillar. Es un relato sobre la subjetividad de
la belleza, pero sobre todo es una historia sobre la imposibilidad de vencer a
la realidad y a la muerte si no es por medio del arte.
El sin par Balzac
Una obra más
reciente es El pintor de
batallas de Arturo Pérez
Reverte, donde el protagonista es un periodista de guerra que se ha
retirado a una torre en la costa. Dentro de esta torre el fotógrafo se dedica a
pintar un gran mural en el que intenta reunir todo el horror que ha contemplado
y reproducido con su cámara en sus años de profesión. El conflicto de la novela
llega cuando este autoenfrentamiento al recuerdo de las guerras que ha vivido
se personaliza en un excombatiente croata que aparece en su torre. Éste le
explica cómo la fotografía que dio la fama mundial al protagonista, una foto de
este combatiente croata, condenó a su mujer cuando su cara circuló por todo el
mundo y fue reconocida en el pueblo serbio de donde había huido dejando allí a
su familia. Una historia de miedos interiores y fantasmas del pasado.
Una de las citas para mí más interesantes
del libro, que dice el protagonista pero que nos la está diciendo realmente el
mismo Pérez Reverte, reportero de guerra, es la siguiente:
“Es que la palabra humanitario estropea al
fotógrafo. Lo vuelve consciente de sí mismo, y éste deja de ver el mundo
exterior a través del objetivo. Termina fotografiándose él.”
Y para
terminar un relato gótico, porque si hay una razón por la que se debe
leer a Lovecraft es para
experimentar la atmósfera única que envuelve a sus obras. El modelo Pickman
es la inquietante historia de un pintor, Richard Upton Pickman, conocido
por sus obras monstruosas capaces de atormentar a cualquiera que no sea ciego.
La historia es contada por un conocido de éste, Thurber, a Eliot, su
interlocutor. En ella Thurber va descubriéndole por qué Pickman es capaz de
pintar esa clase de monstruosidades y el final es, si cabe, más terrorífico que
las propias obras del genio.
(1) Gracias a María José, por echarnos esta foto desde su blog Letras Peregrinas.
Me ha gustado mucho, tanto el post como la intervención radiofónica que lo genera. De hecho, teniendo en cuenta vuestra "virginidad" radiofónica (relativa, porque David ya tiene más experiencia) y los problemas técnicos, creo que superasteis el estreno con nota alta. Enhorabuena. Será un placer seguir leyéndoos y escuchándoos cada dos semanas.
ResponderEliminarEl contenido del post me ha parecido de lo más interesante y he releído el relato de Lovecraft. Como tantos de los suyos, siempre me parece que la resolución es inferior a la creación de la atmósfera, pero no digo eso como algo negativo, sino como modo de admirar la maestría del estadounidense en la urdimbre de situaciones sofocantes.
En definitiva, celebro que se os dé voz en un espacio radiofónico. Enhorabuena que lo merecéis, y a por todas.
C.
Muchas gracias por el comentario y las alabanzas. La verdad es que quien se lo curró fue Rebeca, yo sólo copié y pegué e improvisé.
ResponderEliminarIntenatremos mejorar, tanto el tema literario como el radiofónico (en el que mi teléfono de casa falló estrepitosamente).