lunes, 12 de diciembre de 2016

LOS NUEVOS CORDEROS

El otro, hombre o mujer, siempre muerto o vivo, o muerta o viva, qué más da: poco sentido tiene asignarle género a una aberración incapaz de reproducirse siguiendo los parámetros que el Creador ordenó en el Comienzo. Asumamos que quizás éste es el Final, pero a su vez un nuevo Comienzo en el que nosotros, pecadores, ya no contamos en los planes de nuestro Padre Eterno, el único que seguirá aquí para regocijarse en la contemplación del Otro, su nueva criatura. Hermanos, no os apenéis y rezad. ¡Rezad y salid gozosos a las calles! ¡Difundid la Nueva, que el Otro os comulgue y mute vuestra Carne viva!


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