lunes, 12 de febrero de 2018

EXIGENCIAS DEL GUION


Se quedaban discutiendo dónde pondrían el sofá, montaban un drama bíblico por el motivo decorativo de la cortina de la ducha, se indignaban tumultuariamente al ser informados de que la piscina de la urbanización sólo podía usarse durante el horario laboral del vigilante, o lloraban desconsolados como párvulos abandonados en la puerta del colegio al comprobar que el tamaño del ascensor no permitía subir la vitrina que ella heredó de su abuela. Después, la pareja de octogenarios abrazaba al tipo desesperado de la inmobiliaria y se marchaban satisfechos de cómo les estaban quedando los ensayos con público real para la representación anual de la residencia de ancianos.

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