domingo, 25 de noviembre de 2012

Microrrelatos en Twitter: Lluvia de palabras

Ahora mismo no recuerdo (ni creo que vaya a hacerlo en el futuro) la forma en que me llegó por Twitter la convocatoria de la asociación cultural de Herencia (Ciudad Real) llamada Barco de colegas convocando a un certamen de microrrelatos en esa misma red social.

Si ya es complicado ceñirse a las 100 palabras del certamen Relatos en cadena de Escuela de escritores y la cadena SER donde suelo participar y gracias al cual di el brinco más allá de mis libretas, imaginaos lo conciso que hay que ser para dar un toque literario a algo de tenga menos de 140 caracteres (para dar constancia de que se estaba participando, el tuit debía incluir el hastag #relatoBdC, lo que resta 9 caracteres más el espacio a los 140 canónicos).

Además, el relato debía contener la palabra palabra o derivados.

El proceso a veces aleatorio por el que te viene a la cabeza una historia es algo que me sigue sorprendiendo. Recuerdo que en la Escuela de Caminos odiaba los problemas de «idea feliz», puesto que la resolución de dichos problemas no sólo estaba vinculada al dominio que tuvieras de las herramientas enseñadas en las diferentes asignaturas, sino que la creatividad (y la experiencia, que es la cantera en la que a menudo se talla esa creatividad) pasaba a formar parte esencial del camino de resolución, y por tanto de la nota del examen. Jugar a esa única baza los conocimientos en una materia siempre me pareció inadecuado. Pensaba que los profesores que recurrían constantemente a ese tipo de problemas jugaban sucio. Es necesaria la creatividad, pero ésta suele salir de la experiencia que no tienes en un primer examen de una asignatura.

Sin embargo la «idea feliz», la ocurrencia que de repente pasa por tu cabeza y que sólo atrapas si estás atento, la chispa que te abre el camino a un relato diferente, es un fenómeno escaso y siempre bien recibido a la hora de crear, y por tanto de escribir.

Pues fue una idea feliz la que me llevó a escribir este tuit con aspiraciones literarias (130 caracteres dan para lo que dan) para participar en el certamen de Barco de Colegas:

En aquel país, los niños engendrados durante lluvias de palabras nacían siendo escritores. Si había tormenta, nacían charlatanes.

Me da que podía ser el buen comienzo de alguna leyenda interesante.

Y este pasado viernes por la noche, al salir del cine (fui a ver Looper, os la recomiendo) me enteré por un tuit de que había resultado ganador del certamen. La alegría, por inesperado de la noticia fue muy grande. Twitter está plagado de genialidades que brillan entre demasiada maleza, así que conseguir que algo tuyo se cuele y sobresalga es todo un orgullo (aunque sólo sea por algo muy pequeño).

Pinchando aquí podéis leer el resto de relatos participantes (no son muchos, el mérito no es tan grande), entre los que se incluyen algunos buenos amigos escritores míos.

¡Seguid escribiendo!

2 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena! Es un buen hiperbreve.

    Un saludo indio
    Mitakuye oyasin

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    1. Muchas gracias David (o Mitayuke). He echado un vistazo a tus blogs. Muy interesantes también. ¡Enhorabuena por ser capaz de desarrollar toda esa actividad!

      Enviaré algo a tu Microrrelatista.

      Saludos.

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