MARTES 12 DE MAYO
Que ya tiene mala pata haberme
lesionado un gemelo haciendo gimnasia en casa. Habré de vigilar un poco mi
dieta para no pasarme ahora que estoy algo menos activo, que encima hoy llueve
y no apetece mucho salir. Aunque bien pensado, quizá sea el mejor día para
salir y caminar con menos gente por la calle (verás cómo todos hemos pensado lo
mismo…).
Hoy me he levantado tarde, quizá
el que más tarde he amanecido un día entre semana. Tampoco ha sido nada del
otro mundo, a las diez de la mañana, pero veo que sufro el peligro que ir
retrasando mi horario más de la cuenta, y se me va corriendo la hora de comer
y, si además veo una peli luego, la de la siesta. Y temo que justo cuando me
haya hecho a ese nuevo horario tardío me tocará trabajar de nuevo… Ya he soñado
un par de veces que recibía correo de mi jefe con faena. Qué poco me apetece,
pero desde luego que no me quejaré. Hace un rato mi vecina (no la petarda, la
que mola) me ha contado por whastapp que en su proyecto vuelven a la oficina a
principios de junio: Retornos en la Segunda Fase… Tengo mañana una videollamada
con los excompañeros del contrato en el que estaba, a ver qué nos dice el jefe,
si hay intenciones de AENA de retomar el contrato con todo el mundo (han
quedado dos de catorce iniciales) o qué quieren hacer. Yo he de pensar en mi
futuro.
Con esto de levantarme tarde, hoy
no he cumplido con una de las rutinas que se me había instalado en estas
extrañas vacaciones confinadas. El martes es el día de ir a la compra, pero
esta semana me sobra aún comida y cerveza, con lo que además de que la hora a
la que me he levantado me haría llegar a comprar en un momento de más
acumulación en el súper, tampoco he visto recomendable ir para pillar solo unas
pocas cosas: no tengo espacio en la nevera y mejor ir vaciando antes de volver
a llenar. Aunque teniendo en cuenta que el viernes es San Isidro, festivo en Madrid,
no dejaré la logística del hogar para el jueves, que seguro que habrá más gente
de lo normal. Iré mañana. Ya voy a necesitar la semana que viene papel
higiénico, que me queda poco más de un rollo en casa.
Así que mañana salida doble. Por
la mañana a la compra y por la tarde a la peluquería. Compré mascarillas hace
unos días, para usarla en la pelu. Ayer la probé por primera vez. Con la
humedad ambiente de la lluvia que llegó a caer un poco y mi respiración a veces
se me empañaban las gafas; y el pelo de la barba hace un extraño efecto que
tira la mascarilla hacia abajo, por más que la intentase anclar a mi nariz, que
no es pequeña. Dramas de la protección virológica.
David 55 – Nocilla 0
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