martes, 12 de mayo de 2020

(OTRO) DIARIO PARA UN CONFINAMIENTO POR PANDEMIA GLOBAL: Los gemelos


LUNES 11 DE MAYO


Ayer lunes se me lio el día y no escribí la entrada, pero tampoco había gran cosa salvo que comí acompañado de nuevo desde el otro lado de la pantalla del móvil, planes que surgen insospechadamente incluso en estos tiempos de aislamiento.

Bueno, puedo contar también que en mi carrera del domingo por la tarde volví a romper el gemelo izquierdo, a unos tres kilómetros y medio de casa, unos veinte minutos, cuando me adentraba en el parque del Oeste bajo el templo de Debod. Tuve que regresar a casa caminando con ambos gemelos renqueantes a ratos. Las temperaturas habían bajado y esa tarde de domingo era fresca para andar en calzón corto y camiseta de tejido técnico. Voy a tener que intensificar los estiramientos y regresar a la youtuber que tantos ánimos me daba (¡Ánimo campeona!) para trabajar otras partes del cuerpo.

Estoy relativamente satisfecho en cómo estoy llevando a nivel físico el confinamiento, haciendo el ejercicio que no hacía antes para mantener al menos el peso y tener los músculos y el corazón en mejores condiciones, y desde que podemos salir a pasear, me doy al menos esa caminata de una hora diaria, pero tendré que vigilarme el gemelo izquierdo.

Con el tiempo de nuevo inestable ha regresado mi vecina petarda. Después de un mes sin tener noticias de ella, de ver que estaban sus persianas bajadas, este domingo regresó con sus broncas telefónicas habituales. Esta vez con su madre, y a cuenta de los malos ratos que está pasando. Es comprensible que atravieses un momento delicado con el tema del trabajo y los ingresos para pagar el alquiler y que alguna vez puedas perder los nervios, pero si eres una persona inestable y con manía persecutoria que siempre tiene el Yo en la boca, y le añades esta situación, pues tienes un cóctel ideal para bronca telefónica que joda a tus vecinos a consta de tus miserias familiares. Qué pereza de mujer. Mientras escribo esto discute de nuevo con su madre, cada vez más fuerte.

Menos mal que soy de tener siempre la radio o música en casa para no escucharla, aunque poco a poco se va imponiendo desde el otro lado de la pared su voz odiosa… Sí, soy capaz de odiar a alguien, incluso aunque esa persona atraviese un mal momento, pero se lo ha ganado durante años.

Y hasta ahora no había llovido en Madrid durante el periodo de poder salir a la calle, sin embargo este lunes he recurrido al paraguas. Lo de que hasta el 40 de mayo no te quites el sayo es algo que siempre me pareció una exageración hasta que llegué a Madrid, y no lo digo por la lluvia, sino porque las temperaturas han vuelto a bajar. Llevaba unos días en pantalón corto en casa, con las ventanas abiertas, pero he tenido que regresar a los largos y a cerrar las ventanas.

El tiempo durante el paseo es una incertidumbre, y la vida que nos quedará después de esta es aún una incertidumbre. Tenemos muchas decisiones que tomar, pero no tenemos suficientes elementos de decisión para escoger el camino. Mientras tanto, habrá que prepararse sin ansia y disfrutando de la estación de transbordo en la que nos encontramos.



David 54 – Nocilla 0

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