jueves, 9 de abril de 2020

(OTRO) DIARIO PARA UN CONFINAMIENTO POR PANDEMIA GLOBAL: Inercias.


JUEVES 9 DE ABRIL


Tengo un gran problema de coherencia interna al escribir: los acentos diacríticos del adverbio sólo y de los demostrativos (ésta, ése, aquélla, etc). La inercia de lo estudiado y lo usado durante tantísimos años me lleva por el camino rebelde contra lo establecido en la Ortografía de la lengua española de 2010. Aun así hace ya un tiempo decidí seguir las reglas marcadas por la RAE, como no podía ser de otra forma, que para algo están las reglas. Y en especial desde que publiqué una novela juvenil, puesto que no puedo estar dando a la chavalada un modelo distinto del que están estudiando en el cole y en el instituto. Leí diferentes artículos a favor y en contra y al final aquellos que defendían el cambio en la regla, su simplificación, me convencieron (además no puedo pretenderme con más autoridad en la materia que lingüistas que saben del tema más que yo). Creo que en el lenguaje ha de primar lo que Álex Grijelmo explicó en El genio del idioma, y es que este genio es cicatero y termina por buscar siempre la economía, entendiéndose por economía del lenguaje la simplicidad en las reglas que modelan algo tan vivo como una lengua.

Pero la inercia me hace a veces escribir, sin darme cuenta, en contra de esta regla que tiene ya diez años, y se me escapan tildes donde ya no son necesarias. Las inercias son difíciles de vencer, según la primera ley de Newton es necesario aplicar una fuerza para cambiar una tendencia, y ojalá este guantazo enorme que nos estamos dando sirva para cambiar ciertas inercias. El otro día escuché en la radio a Coque Malla hablar del presentimiento que tenemos muchos de que hay cosas que están cambiando. Ojalá ese presentimiento sea en efecto el preludio de un sentimiento que queramos convertir en realidad, ojalá tengamos la intención de convertir ese deseo en algo real y ojalá cambien las cosas de verdad. Nunca hemos vivido nada igual, aquí hay dragones como dije hace unos días, estamos transitando una terra incognita, y quizá ya nada siga igual. De nosotros depende decidir si somos capaces de provocar un cambio que nos lleve a un estado de las cosas más confortable, reconsiderar qué es lo que importa, ver quiénes importan, saber quiénes se han quedado desasistidos, con el culo al aire y por qué, en todos los ámbitos. De nosotros depende aplicar esa fuerza, ese cambio de inercia que nos mueva a cambiar para mejor. Viene una crisis, y frente a la paciencia que necesitamos ahora en el confinamiento, después nos va a hacer falta la calma que no he visto hoy en algunos de nuestros políticos en el Congreso de los Diputados para que cristalice el cambio de conciencia del que algunos hablan. Si es que queremos que sea así.

Precisamente, hoy Baldoví pedía en el Congreso: «Vigilen a los bancos» a propósito de esto:

Algunos indeseables del «¡Es el mercado, amigo!» siguen metidos en sus inercias. Siguen aprovechando el río revuelto para pescar a consta de los que están ahora en el fango. Me pregunto si los publicistas que han de lavar la cara a ciertas entidades a base de anuncios amables se auto convencen de que, al igual que cualquier acusado tiene derecho a un abogado por más execrable que sea el crimen del que se le acusa, y el abogado ha de ser profesional y asistir en ese derecho constitucional a cualquier persona; pues me pregunto si los publicistas que lavan la cara a entidades que contaminan la sociedad, que pretenden ganar dinero (propósito lícito) a costa de esta situación terrible (contra toda ética), también creen estar asistiendo en un derecho a los presuntamente miserables.

En fin, inercias que hay que cambiar.

Sobre cosas que he ido cambiando yo, el sistema de anotación en Whastapp de las ideas que se me van ocurriendo para no perderlas. Ya lo estoy aplicando, ya no se me escapan las ideas «geniales», y conforme las implemento las voy borrando de ese grupo propio de Whastapp. Pero ahora me surge la duda de si debería mantenerlas, para que en el futuro quede constancia de esas cosas que se me fueron ocurriendo y fui plasmando en relatos y entradas… Quizá me decanto por la libreta, como me recomendó mi amiga.

Y otras nuevas inercias que quiero instaurar: el ejercicio. Hoy he estado una hora con la youtuber que me llama guapísima y campeona. Hay rutinas que son complicadas de hacer cuando has de improvisar unas mancuernas con botellas de agua. Pero lo he logrado y ya me he procurado algo para poner en el suelo y no sufrir con los ejercicios en horizontal.

Mis mancuernas de campeona...

Hoy sí me he ganado un sándwich de Nocilla.



David 22 – Nocilla 0

CONTINUARÁ…

En el próximo capítulo:
  • El mal uso de las canciones de abril
  • Más cosas que me dice la enfermera desconocida y que deben ser contadas.

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