VIERNES 17 DE ABRIL
Me reitero, soy más de freestyle. Esta mañana he tenido clase
de aerobic con coreografía, y que la youtuber
me pase de repente de un mambo a un chachachá y luego a no sé qué paso lateral
en el que, para mi gusto, se come un salto o un apoyo en pie contrario… Que me
hago un lío. Qué espectáculo más bochornoso pero divertido se están perdiendo
mis vecinos de enfrente, que solo corren cortinas y se asoman a sus ventanas
para los aplausos de las 8 de la tarde. Yo sí que me asomo más, aunque sea para
estirar los ojos, como decía un delineante que tuve hace años en Valencia.
Realmente bajaba a fumar, pero decía que iba a esturar los ojos. Yo me conformo
con estirar los ojos mirando por la ventana.
Hoy a lo tonto a lo tonto se me
ha pasado el día rápido (al menos lo que llevamos de día) porque tal y como
conté ayer he estado preparando un vídeo en el que voy enlazando los títulos de
libros que tengo en casa para contar una pequeña historia, un cuentecito. Ayer
terminé de escribir el relato, lancé consultas a Batman, mi «Rita» particular
(véase el capítulo anterior) para decidir la música, y hoy he montado una gran
parafernalia en casa sacando todos los libros, unos setenta, y poniéndolos en
el orden necesario para grabar este vídeo que os pongo:
Este es el texto:
HISTORIA
PARA EL CORAZÓN
Te voy a contar una Historia de Aquí,
al principio te parecerá una Historia para no dormir, un cuento en el que la Niebla
arrastra nuestro Corazón tan blanco hacia las tinieblas.
Verás, estamos viviendo un Asedio,
nos hemos quedado varados en casa como un Marinero en tierra, temerosos de La
muerte en Venecia, en Madrid, a 100 millas de Manhattan o a ambos lados del Trópico
de Cáncer. Estamos sojuzgados por Los ojos de la divinidad, por el capricho de
unos Dioses menores, que aprovechan que Dios está de vacaciones para montar
nuestro Funeral.
Y así deambulamos en este Asombroso
viaje en el que hemos perdido nuestro mundo, en el que Los amantes se preparan
para pasar Cien años de soledad, en el que somos Robinsones en nuestro hogar,
el único Rey de la casa, fugitivos por el pasillo, Hombres invisibles que en la
noche asaltan la nevera como quien busca La isla del tesoro. Incluso El lobo
estepario se inventa 500 cócteles cuando se le acaba la Birra.
Te advierto, hemos de evitar tener Un
día de cólera, hemos de huir Del ruido y la furia, no consumir Las uvas de la
ira, ni caer en la náusea que nos puedan producir esos ilustres ignorantes que
no saben Nada, pero que vociferan sus opiniones de payaso y que nos proyectan La
sombra del lobo, clamando a Los 4 jinetes del Apocalipsis, esos que viven en Una
conjura de los necios y que mean en la puerta del vecino.
¿Sabes?, daría toda La plata de Britannia
y haría los más extraños Rituales para tener mi propia Máquina del tiempo con
la que buscar El origen perdido de esta guerra en nuestro mundo que me hace
pasar los Días sin ti.
Sin embargo tenemos que aprender el Arte
de perder el tiempo en cualquier entretenimiento. Por ejemplo, yo escribo mi
propio Diario de a bordo, todos lo hacen, incluso los mosquitos tienen su Diario.
Estos son días raros de bailar un vals con el tiempo que lo mismo nos da que
hoy sea viernes que Jueves. Por favor, no echemos mano del Prozac, ni del tranquimazin,
pensemos en los parques infantiles que están por llegar.
Mantengamos La esperanza y actuemos
con Sangre fría, porque pronto nuestras Cenizas saldrán de este Crematorio, y
como en una Metamorfosis Remendaremos las alas y volaremos en una Acción
evasiva entonando El largo adiós a este Sueño del gato.
Lo que hemos vivido quedará como un heroico
catálogo de hazañas y estados de ánimo, sí, pero prepárate para dar La vuelta
al mundo en 80 días y pasear por la orilla del mar. Visitaremos Las dunas más
allá de las montañas del Atlas, y cenaremos en El restaurante del fin del mundo.
Y Suave será la noche en la que enfermos
de Razonamor viviremos la rebelión de los follamantes, y allí, Fuera del mapa,
grabaré en tu piel de Seda la Historia de mi Corazón.
Creo que la semana que viene me
harán trabajar…
David 30 – Nocilla 0
CONTINÚA AQUÍ: Darlo todo.
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